La evidencia científica ha demostrado que el microbioma intestinal desempeña un papel integral en la mediación de los efectos de la dieta sobre el metabolismo, la actividad neuronal y el comportamiento del huésped. Al respecto, la dieta cetogénica (KD), baja en carbohidratos y alta en grasas, podría suponer un apoyo terapéutico ...
La evidencia científica ha demostrado que el microbioma intestinal desempeña un papel integral en la mediación de los efectos de la dieta sobre el metabolismo, la actividad neuronal y el comportamiento del huésped.
Al respecto, la dieta cetogénica (KD), baja en carbohidratos y alta en grasas, podría suponer un apoyo terapéutico para la epilepsia refractaria, particularmente en niños que no responden a los medicamentos anticonvulsivos existentes, según sugiere un estudio realizado en la Universidad de California-Los Ángeles (UCLA) (EEUU) y publicado en la revista ´Cell Reports´. Sus resultados demuestran que los cambios que la dieta provoca en el microbioma intestinal humano (billones de bacterias y otros microorganismos que viven en el tracto digestivo) pueden conferir protección contra las convulsiones, al menos, así se ha observado en ratones.
Mecanismos moleculares
Con la esperanza de encontrar nuevas formas de tratar más eficazmente las convulsiones en aproximadamente un tercio de las personas con epilepsia refractaria que no responden a los medicamentos anticonvulsivos existentes, el profesor Gregory Lum, investigador postdoctoral en UCLA, se lanzó a comprender los mecanismos moleculares subyacentes detrás de la alteración del intestino humano causada por la dieta. microbioma.
En concreto, se centró en estudiar cómo el microbioma intestinal se altera favorablemente en niños con epilepsia que inician una terapia de dieta cetogénica. Con ese fin, trasplantó muestras fecales de pacientes pediátricos con epilepsia que seguían la dieta a ratones para evaluar si la microbiota intestinal asociada a la dieta protegería a los ratones contra las convulsiones.
El investigador observó que los ratones que recibieron trasplantes fecales recolectados tras un mes de dieta eran más resistentes a las convulsiones que los ratones que recibieron trasplantes fecales de dieta precetogénica.
El estudio también encontró que en los pacientes pediátricos, la dieta cetogénica alteró funciones clave del microbioma intestinal relacionadas con la oxidación de los ácidos grasos y el metabolismo de los aminoácidos, y que estos cambios se conservaron cuando la materia fecal se trasplantó a los ratones.
"Reducir las funciones de los microbios que son beneficiosos para la protección contra las convulsiones puede conducir potencialmente a nuevas formas de mejorar la eficacia de la dieta cetogénica o de imitar sus efectos beneficiosos", indicó el prof. Lum, quien, no obstante, considera que se necesita más investigación sobre estos cambios.