Un estudio realizado en diversos centros chinos sugiere que la infertilidad femenina asociada al avance de la edad puede ser mejorada mediante la transferencia de mitocondrias procedentes de células madre de las propias pacientes. Los investigadores han comparado el impacto de mitocondrias derivadas de diferentes tipos de células madre mesenquimales ...
Un estudio realizado en diversos centros chinos sugiere que la infertilidad femenina asociada al avance de la edad puede ser mejorada mediante la transferencia de mitocondrias procedentes de células madre de las propias pacientes. Los investigadores han comparado el impacto de mitocondrias derivadas de diferentes tipos de células madre mesenquimales (CMMs), hallando que las aisladas de CMMs de la orina ofrecen mayor potencial terapéutico que las procedentes de CMMs del tejido adiposo o de la médula ósea. Los óvulos receptores de estas mitocondrias dieron lugar a embriones en fase temprana con mayor contenido y actividad de estos orgánulos, así como mayores niveles de calcio citoplasmático. Las mejoras fueron especialmente manifiestas en los embriones de óvulos de más edad, los cuales presentaron morfología normal, mayor tasa de euploidía y menor daño por oxidación.
Huan Shen, científico de la Universidad de Pekín y codirector del estudio, afirma que las mitocondrias en las CMMs de orina se distinguen por presentar un bajo estado de estrés oxidativo, menor frecuencia de fusión y morfología redondeada, rasgos similares a los de las mitocondrias presentes en ovocitos sanos. Crucialmente, la actividad y funcionalidad de estos orgánulos son mayores que las de las mitocondrias de otros tipos de CMMs. Además de verse menos afectadas por la edad, exhiben un patrón metabólico bifásico similar al de la fase pre-implantatoria del desarrollo embrionario, asegura Shen. El investigador concluye indicando que aunque la transferencia de mitocondrias es un procedimiento ya en uso en el tratamiento de la infertilidad femenina, la fuente más frecuentemente usada son las células madre ováricas, que en estudios clínicos han arrojado resultados inconsistentes. Además, el aislamiento de estas células requiere cirugía en el propio ovario, lo que puede comprometer aún más su ya deteriorada funcionalidad.