Investigadores de diversos centros británicos y estadounidenses proponen considerar el historial mamográfico para mejorar la predicción del riesgo de cáncer de mama, en mujeres con tejido denso. La propuesta deriva de los resultados de un estudio realizado en más de 130.000 mujeres, de las que se disponía de múltiples mamografías ...
Investigadores de diversos centros británicos y estadounidenses proponen considerar el historial mamográfico para mejorar la predicción del riesgo de cáncer de mama, en mujeres con tejido denso. La propuesta deriva de los resultados de un estudio realizado en más de 130.000 mujeres, de las que se disponía de múltiples mamografías de cribado realizadas a lo largo de un periodo de 17 años. En comparación con el modelo basado exclusivamente en edad e índice de masa corporal, la densidad longitudinal proporciona hasta un 35% más de información estadística después de la tercera mamografía, según afirma Emma Atakpa, científica de la Universidad Queen Mary y directora del estudio.
La diferencia en el riesgo observado entre las ocho categorías de tejido más denso o más graso fue de 6 veces, en contraste con la del método basado en la última mamografía, en la que este valor fue de 4, asegura la investigadora. Atakpa prosigue indicando que el estudio ha sido posible gracias a la aplicación de un modelo matemático que permite actualizar la densidad mamaria longitudinal en cada nueva mamografía. La densidad mamográfica, considerada uno de los mayores factores de riesgo de cáncer de mama, es habitualmente medida en la escala Breast Imaging Reporting and Data System (BI-RADS), que mejora la evaluación individualizada del riesgo. Sin embargo, la mayoría de los estudios relacionados han estado basados en uno o dos mamogramas. Considerar la totalidad de los mamogramas de cribado permite monitorizar los cambios en la densidad, la cual es un parámetro dinámico que se ve afectado por múltiples factores, incluyendo la edad, peso corporal, menopausia y tratamientos farmacológicos, concluye Atakpa.