Un equipo internacional de investigadores del Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF) de València, del Centro Alemán de Investigación Oncológica y de la Facultad de Medicina de Göttingen han descubierto un nuevo mecanismo responsable de la pérdida de tejido muscular y adiposo provocada por los tumores. El jefe del grupo Comunicación ...
Un equipo internacional de investigadores del Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF) de València, del Centro Alemán de Investigación Oncológica y de la Facultad de Medicina de Göttingen han descubierto un nuevo mecanismo responsable de la pérdida de tejido muscular y adiposo provocada por los tumores.
El jefe del grupo Comunicación Tumor Estroma del CIPF, Juan Rodríguez Vita, en colaboración con Andreas Fischer, de la Facultad de Medicina de Göttingen, han llevado a cabo un estudio, que lidera el centro valenciano, sobre la relación del cáncer y los vasos sanguíneos presentes en la grasa, que tiene como consecuencia la pérdida de peso y la debilitación de los pacientes con cáncer.
Alrededor del 80% de las personas con cáncer avanzado sufren este síndrome de deterioro progresivo, denominado caquexia, que se caracteriza por la pérdida de grasa y masa muscular, según ha informado la Generalitat en un comunicado. Esta pérdida de masa corporal disminuye la calidad de vida e influye en la mala respuesta a la quimioterapia. Aparte de curar la enfermedad primaria, en este caso el cáncer, no existen tratamientos estandarizados para revertir la caquexia, poco investigada a día de hoy.
"Por ello, los resultados de esta investigación abren la puerta a desarrollar nuevas terapias que puedan reducir o revertir la caquexia y, por consiguiente, conseguir mejorar la calidad de vida de los pacientes con cáncer avanzado", ha señalado el investigador del CIPF.
"Tradicionalmente se pensaba que este deterioro era una consecuencia del crecimiento tumoral. Sin embargo, trabajos como este demuestran que la pérdida de tejido se produce de manera activa por parte del tumor mediante el envío de señales a dichos tejidos", ha explicado Rodríguez Vita.
En esta línea, el equipo del CIPF se planteó si los vasos sanguíneos presentes en la grasa podrían, por sí mismos, contribuir a este desgaste, y han descubierto que el endotelio, la capa que recubre el interior de los vasos sanguíneos, "puede ampliar esas señales enviadas por el tumor".
Juan Rodríguez Vita muestra en este trabajo que las células que componen los vasos sanguíneos de la grasa responden a las señales enviadas por los tumores amplificando esas señales. Esto provoca que sea "incapaz de almacenar grasa tan eficientemente como antes, llevando al desgaste del tejido adiposo blanco".
Este estudio indica que el cáncer manipula dichos vasos sanguíneos, en sitios "muy alejados" del tumor, para que estos aumenten sus señales e induzcan la pérdida de grasa propia de la caquexia. Esto ocurre mediante la producción de ácido retinoico -un derivado de la vitamina A- así como otras proteínas que regulan a las células del sistema inmunológico.
Consecuencias del desgaste de tejido
Según ha indicado Rodríguez Vita, "las proteínas proinflamatorias secretadas por el tumor son responsables del desgaste de tejido. La remodelación del tejido adiposo blanco se inicia temprano durante la caquexia, lo que conduce a un metabolismo lipídico alterado, resistencia a la insulina, infiltración de macrófagos, inflamación crónica y, finalmente, fibrosis".
"Nuestra hipótesis de que el endotelio interviene en el desgaste de tejido se basó en nuestro trabajo anterior, que muestra que los factores derivados del cáncer preparan los vasos sanguíneos en sitios distantes para facilitar la localización de las células tumorales circulantes que originan las metástasis. Este estudio nos hizo pensar que, en otros órganos como el tejido adiposo, dichas señales podrían tener otras consecuencias", ha añadido el investigador del CIPF.
"Uno de los problemas que plantea este estudio es que la vitamina A tiene funciones muy importantes en muchos órganos, lo que la hace imprescindible para el correcto funcionamiento de dichos órganos. El beneficio de nuestro trabajo es que describimos con mucho detalle el proceso, por lo que se abre la puerta a desarrollar otras formas de bloquear las acciones de la vitamina A solo relacionadas con este desgaste muscular", ha concluido Rodríguez Vita.
Una pregunta pendiente en el campo de la caquexia es por qué los hombres se ven más gravemente afectados que las mujeres. En este estudio se observó que una explicación para esta diferencia podría estar en las señales de amplificación producidas por el endotelio, ya que los investigadores observaron que este mecanismo ocurría solo en ratones machos, mientras que las hembras no mostraban caquexia.