Las infecciones de oído suelen ser muy frecuentes en la infancia pero cuando se vuelven crónicas pueden afectar potencialmente la audición al acumularse líquido detrás del tímpano. Sin embargo, los problemas no acaban ahí, según advierten científicos de la Universidad de Florida (UF) (EEUU) en un estudio que revela que cuando esta pérdida auditiva se repite en el tiempo puede llegar a provocar déficits en el procesamiento auditivo y afectar al desarrollo del lenguaje en los niños años después.

Las investigadoras de la UF Susan Nittrouer y Joanna Lowenstein estudiaron el procesamiento auditivo y el desarrollo del lenguaje de 117 niños de 5 a 10 años con y sin antecedentes de infecciones crónicas del oído en la primera infancia.

Utilizaron tres pruebas para evaluar el desarrollo del lenguaje y el procesamiento auditivo. En una de ellas, los niños tenían que detectar cuál de tres simpáticos personajes de dibujos animados sonaba diferente a los otros dos. La segunda tarea consistía en que los niños nombraran las imágenes que se les presentaban, una medida del tamaño de su vocabulario. Finalmente, se les pidió que relacionaran palabras según comenzaran o terminaran con el mismo sonido del habla, una tarea esencial no sólo para el desarrollo del habla sino también para la adquisición de la lectura.

Vocabulario más reducido

Los hallazgos fueron publicados en la ´Revista Internacional de Otorrinolaringología Pediátrica´. En promedio, los niños tras varias infecciones de oído antes de los tres años de edad tenían vocabularios más reducidos y les resultaba más difícil encontrar palabras con sonidos similares que los niños con pocas o ninguna infección de oído. También tuvieron dificultades para detectar cambios en los sonidos, una señal de problemas en los centros de procesamiento auditivo de su cerebro.

Como recomendación final de la Dra. Nittrouer, "se tendrían que tomar en serio todas las infecciones de oído. Los padres deben ser conscientes de que su hijo puede tener algo de líquido en el oído medio sin que sea doloroso y trabajar con su médico para controlarlo de cerca. Asimismo, hay que seguir monitoreando a los niños después de que desaparezca el último dolor de oído preescolar. Es posible que algunos déficits del lenguaje solo se manifiesten en grados posteriores", concluyó esta experta.