Un equipo internacional de investigadores ha reportado los resultados de la fase de extensión de un ensayo de fase IIa con brakizumab, en pacientes con enfermedad de Crohn que no habían respondido, o habían mostrado intolerancia, a al menos un agente anti-TNFalfa. A lo largo de las 100 semanas de ...
Un equipo internacional de investigadores ha reportado los resultados de la fase de extensión de un ensayo de fase IIa con brakizumab, en pacientes con enfermedad de Crohn que no habían respondido, o habían mostrado intolerancia, a al menos un agente anti-TNFalfa. A lo largo de las 100 semanas de terapia los científicos constataron que la proporción de abandonos del tratamiento debidos a efectos adversos emergentes (EAEs) fue similar a la de los abandonos por falta de eficacia o por decisión del paciente. Además, la frecuencia de los EAEs en pacientes tratados con brakizumab desde el inicio al final del ensayo fue casi la misma que la registrada en pacientes que originalmente fueron tratados con placebo y luego con brakizumab.
Anne-Kristina Mercier, investigadora de AstraZeneca y coautora del estudio, afirma que los EAEs más frecuentes fueron la nasofaringitis y las cefaleas, si bien hasta el 50% de los pacientes experimentó algún tipo de EAE severo. No obstante, no hubo ningún caso de toxicidad cardiovascular, tumorigénesis o muerte, asegura la científica. Brakizumab es un anticuerpo monoclonal dirigido a una de las subunidades de la interleucina-23, con capacidad de reducir la actividad de la enfermedad de Crohn en una pauta de administración consistente en dos dosis intravenosas separadas por 28 días y luego administraciones subcutáneas cada 4 semanas, hasta un máximo de 26 dosis, señala Mercier. Notablemente, la presencia de inmunidad frente a brakizumab fue observada en sólo 2 pacientes, que generaron anticuerpos no neutralizantes de manera transitoria. La investigadora concluye subrayando la eficacia del tratamiento, el cual se asoció a una tasa de remisión del 46% a las 56 semanas.