Científicos de diversos centros alemanes han diseñado una proteína compuesta por un autoantígeno y la región constante de un anticuerpo, con actividad terapéutica en un modelo de autoinmunidad. Administrada intraperitonealmente en 4 dosis tras la inducción de una patología muy similar a la esclerosis múltiple humana, la proteína retrasó significativamente ...
Científicos de diversos centros alemanes han diseñado una proteína compuesta por un autoantígeno y la región constante de un anticuerpo, con actividad terapéutica en un modelo de autoinmunidad. Administrada intraperitonealmente en 4 dosis tras la inducción de una patología muy similar a la esclerosis múltiple humana, la proteína retrasó significativamente la aparición de los síntomas, reduciendo tanto su severidad como la infiltración de los linfocitos T CD4+ en el sistema nervioso central. En la médula espinal el tratamiento indujo mayor infiltración de linfocitos T reguladores, encargados de modular la activación de otros linfocitos, especialmente los productores de las citoquinas proinflamatorias IL-17 e IFN-gamma.
Gurumoorthy Krishnamoorthy, investigador del Instituto Max Planck de Bioquímica y director del estudio, afirma que, a diferencia de otros enfoques previos dirigidos a reducir la autoinmunidad, el actual tiene impacto sobre los linfocitos B productores de autoanticuerpos, esenciales en la exacerbación de la patología. En efecto, experimentos adicionales demostraron que una única inyección de la proteína de fusión reduce de manera persistente los niveles circulantes de autoanticuerpos, sin afectar otras funcionalidades de los linfocitos B que los secretan. El autoantígeno de la proteína de fusión consiste en un dímero formado por la región extracelular de la glicoproteína de la mielina de los oligodendrocitos. En contraste con los monómeros, los dímeros incrementan la afinidad por los autoanticuerpos, asegura Krishnamoorthy. Su fusión con la región Fc de un anticuerpo contribuye a mejorar sus propiedades farmacocinéticas, prolongando su biodisponibilidad. La acción dual de esta potencial terapia sobre los linfocitos T y B sugiere que su aplicación podría ser ventajosa en el tratamiento de la autoinmunidad, concluye el científico.