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El microbioma intestinal previene reacciones inmunes peligrosas

La enfermedad de injerto contra huésped es mucho menos común cuando ciertos microbios están presentes en el intestino.

09/01/2024

Investigadores de la Universidad Técnica de Munich (TUM) y de la Universitätsklinikum Regensburg (UKR), en Alemania, han demostrado que la enfermedad de injerto contra huésped es mucho menos común cuando ciertos microbios están presentes en el intestino, por lo que consideran que, en el futuro, tal vez sea posible lograr ...

Investigadores de la Universidad Técnica de Munich (TUM) y de la Universitätsklinikum Regensburg (UKR), en Alemania, han demostrado que la enfermedad de injerto contra huésped es mucho menos común cuando ciertos microbios están presentes en el intestino, por lo que consideran que, en el futuro, tal vez sea posible lograr deliberadamente esta composición protectora del microbioma.

Los autores han explicado que después del trasplante de células madre, las células inmunitarias donadas a veces atacan el cuerpo de los pacientes, lo que se conoce como enfermedad de injerto contra huésped (GvHD, por sus siglas en inglés).

En este sentido, el trasplante de células madre puede salvar la vida de pacientes que padecen cánceres como la leucemia. Sin embargo, las reacciones injerto contra huésped ocurren después de aproximadamente la mitad de estos procedimientos. En cierto sentido, son lo contrario de la respuesta de rechazo que se observa después de la donación de órganos, en la que el cuerpo ataca al órgano donado. En este caso, las células donadas atacan el cuerpo del paciente, por ejemplo, en el tracto digestivo.

Se sabe desde hace algún tiempo que los microbios del intestino desempeñan un papel a la hora de determinar si se produce GvHD. Un equipo que trabaja con Erik Thiele Orberg, que dirige un grupo de investigación en la Clínica y Policlínico de Medicina Interna III del Klinikum rechts der Isar de TUM, Ernst Holler, profesor titular de trasplante de células madre alogénicas en la UKR, y Hendrik Poeck, Médico senior ejecutivo de la Clínica y Policlínico de Medicina Interna de UKR, describe en la revista ´Nature Cancer´ cómo debe estar compuesto el microbioma intestinal para brindar protección.

Estudiaron muestras de heces

Los investigadores estudiaron muestras de heces de 78 pacientes en las dos clínicas universitarias y las rastrearon durante dos años después del trasplante de células madre. Utilizaron los resultados para desarrollar un índice de riesgo que indica la probabilidad de una reacción de rechazo. "En lugar de contar las bacterias, medimos las cantidades de determinados metabolitos producidos por los microbios", ha afirmado Erik Thiele Orberg.

Estos metabolitos microbianos inmunomoduladores (IMM) influyen en el sistema inmunológico y la capacidad regenerativa del cuerpo. "Es notable que un pronóstico positivo no dependa únicamente de las IMM de las bacterias", ha señalado Elisabeth Meedt, médica de la UKR y coprimera autora del artículo.

"Demostramos que ciertos virus del intestino (los bacteriófagos) también desempeñan un papel. Esto por sí solo ofrece una visión impresionante del complejo mundo de nuestro microbioma intestinal", ha añadido.

Mejor pronóstico con puntuaciones bajas de microbioma

"Los pacientes con un índice de riesgo de IMM bajo tenían mayores posibilidades de supervivencia, mostraban menos reacciones injerto contra huésped y experimentaban menos recaídas", ha afirmado Hendrik Poeck. Los metabolitos los forman principalmente bacterias de las familias ´Lachnospiraceae´ y ´Oscillospiraceae´ en combinación con los bacteriófagos.

En el siguiente paso, los investigadores de TUM y UKR quieren predecir y mejorar activamente las posibilidades de curación de los pacientes. "Controlando con precisión la composición de los trasplantes de microbiota fecal, el intestino podría colonizarse con consorcios específicos de bacterias y bacteriófagos", ha afirmado Hendrik Poeck.

Hasta el momento, los experimentos iniciales con ratones han tenido éxito. Como resultado, el procedimiento ahora podría probarse en ensayos clínicos con pacientes humanos. "En los próximos años queremos saber si podemos utilizar este método para prevenir reacciones injerto contra huésped, así como recaídas", concluye el investigador.

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