Científicos de diversos centros chinos han identificado un conjunto de biomarcadores del líquido cefalorraquídeo (LCR), cuyos niveles basales se asocian a respuesta intracraneal en pacientes con cáncer de pulmón no microcítico tratados con el agente anti-PD-1 camrelizumab. En estos pacientes la supervivencia libre de progresión de las metástasis cerebrales fue, ...
Científicos de diversos centros chinos han identificado un conjunto de biomarcadores del líquido cefalorraquídeo (LCR), cuyos niveles basales se asocian a respuesta intracraneal en pacientes con cáncer de pulmón no microcítico tratados con el agente anti-PD-1 camrelizumab. En estos pacientes la supervivencia libre de progresión de las metástasis cerebrales fue, además, mayor. Así lo afirma Likun Chen, investigador en el Departamento de Oncología Médica de la Universidad Sun Yat-sen y codirector del estudio, quien prosigue indicando que los biomarcadores examinados son citoquinas de reconocido valor en inmuno-oncología. Varias de ellas presentan niveles más bajos en el LCR que en el plasma en los pacientes respondedores, mientras que niveles elevados de una de ellas (LAMP3) son factor predictivo independiente de respuesta, asegura el científico.
Notablemente, el valor predictivo de estos biomarcadores fue casi un 20% más fiable que el proporcionado por el análisis de la expresión de PD-L1 en el tumor. Chen señala que el de pulmón es el tipo de cáncer que más frecuentemente causa metástasis cerebrales, lesiones que se asocian a mala prognosis y a desenlaces terapéuticos desfavorables. Aunque diversos ensayos previos en este tipo de cáncer han demostrado que la inmunoterapia con inhibidores de los puntos de control inmunológicos, tales como pembrolizumab o camrelizumab, son eficaces en pacientes con metástasis cerebrales, sólo una proporción de ellos responde, sin que existan marcadores fiables de predicción de respuesta. Los desafíos en la identificación de estos marcadores residen principalmente en la dificultad de obtener muestras de las metástasis, así como en la elevada heterogeneidad inherente a los tumores, lo que impone la necesidad de desarrollar métodos menos invasivos, concluye el investigador.