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Avances en las estrategias de la terapia cognitivo-conductual para el insomnio crónico

Una combinación de estrategias cognitivas y conductuales, idealmente impartidas en persona por un terapeuta, maximiza los beneficios de la terapia cognitivo-conductual para el insomnio.

18/01/2024

Un equipo dirigido por investigadores del Hospital de la Universidad de Tokio (Japón) ha identificado las estrategias de la terapia cognitivo-conductual más beneficiosas para mejorar el sueño. Tal y como reportan en ´JAMA Psiquiatría´ una combinación de estrategias cognitivas y conductuales, idealmente impartidas en persona por un terapeuta, maximiza los ...

Un equipo dirigido por investigadores del Hospital de la Universidad de Tokio (Japón) ha identificado las estrategias de la terapia cognitivo-conductual más beneficiosas para mejorar el sueño. Tal y como reportan en ´JAMA Psiquiatría´ una combinación de estrategias cognitivas y conductuales, idealmente impartidas en persona por un terapeuta, maximiza los beneficios de la terapia cognitivo-conductual para el insomnio (TCC-I).

Así, al analizar 241 estudios, en los que participaron más de 30.000 adultos, los investigadores identificaron los componentes más beneficiosos de la TCC-I. Estos incluyeron: reestructuración cognitiva, componentes de la tercera ola, restricción del sueño, control de estímulos y entrega en persona.

Los 241 estudios sobre insomnio crónico databan 1980 y 2023, e incluían a 31.452 participantes adultos, principalmente de América del Norte y Europa, con una edad promedio de 45,4 años.

"Esperábamos encontrar algunos componentes conductuales (como la restricción del sueño y el control de estímulos) beneficiosos, pero fue sorprendente descubrir que algunos componentes cognitivos (como la reestructuración cognitiva y los componentes de la tercera ola) también fueron efectivos", explica Yuki Furukawa, director médico del Hospital de la Universidad de Tokio.

Asimismo, se observó que la autoayuda con estímulo humano también podría ser beneficiosa. Por otro lado, la educación sobre higiene del sueño (explicar la biología del sueño y brindar recomendaciones sobre el estilo de vida y el medio ambiente) no pareció ser esencial. Sin embargo, intentar seguir procedimientos de relajación (como ejercicios físicos o cognitivos estructurados) podría ser contraproducente, mientras que tener que esperar a que comience el tratamiento a sabiendas parecía tener un efecto perjudicial.

"En general, nuestros hallazgos identificaron varios componentes esenciales de la TCC-I que pueden conducir a una intervención que maximice la eficacia del tratamiento, minimice la carga del tratamiento y aumente la escalabilidad, es decir, facilite ofrecer este tratamiento a más pacientes. Se necesitan más ensayos a gran escala para confirmar estas contribuciones", concluye Furukawa.

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