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Los neumólogos catalanes aplauden las novedades del Plan Antitabaco

Hay suficiente evidencia científica que avala que no fumar en las terrazas, playas o coches contribuiría a mejorar la salud de los ciudadanos.

23/01/2024

Los neumólogos catalanes, representados por la Sociedad Catalana de Neumología (SOCAP) y Barcelona Respiratory Network (BRN), defienden el plan antitabaco que pretende ampliar los espacios libres de humo a las terrazas, las playas o los coches, en presencia de menores y embarazadas, planteada por el Ministerio de Sanidad y en ...

Los neumólogos catalanes, representados por la Sociedad Catalana de Neumología (SOCAP) y Barcelona Respiratory Network (BRN), defienden el plan antitabaco que pretende ampliar los espacios libres de humo a las terrazas, las playas o los coches, en presencia de menores y embarazadas, planteada por el Ministerio de Sanidad y en cuya regulación la Generalitat de Catalunya ha intentado llegar más lejos y animan a ambas administraciones a retomar este proyecto, al existir suficiente evidencia científica para avalar la medida.

"El tabaquismo pasivo y el vapeo pasivo son dañinos para la salud humana. Hoy en día, gracias a las investigaciones que se han realizado al respecto, disponemos de evidencia científica suficiente y muy robusta para apoyar la medida propuesta por el Ministerio de Sanidad y por la Generalitat destinada a ampliar los espacios libres de humo. Con el conocimiento científico que tenemos a día de hoy es nuestra obligación defender la salud de la población no fumadora y no vapeadora, así como la de la población más vulnerable entre la que se encuentran mujeres embarazadas y los niños", informa el Dr. Antoni Rosell, neumólogo y presidente de BRN.

"Los fumadores pasivos y los vapeadores pasivos que no han elegido fumar ni vapear están siendo víctimas de la inhalación del humo de segunda mano. Debemos ser conscientes de ello, pues el humo de segunda mano o las partículas procedentes del vapeo de segunda mano dañan la salud cardiorrespiratoria de las personas, pueden ser un vehículo que transporte virus con capacidad de causar infecciones como la COVID-19, entre otros perjuicios. Por estas y otras muchas razones, basadas en la ciencia, alentamos al Ministerio de Sanidad y a la Generalitat a ampliar los espacios al aire libre sin humo cuanto antes. No hacerlo, no sería ético para los fumadores y vapeadores pasivos", argumenta Carmen Monasterio, neumóloga y presidenta de SOCAP.

Los profesionales e investigadores de la neumología catalana instan al Ministerio de Sanidad y a la Generalitat a reemprender el citado plan cuanto antes y exponen los siguientes argumentos, apoyados en la evidencia científica aportada por relevantes estudios:

1. Contando solo 12 países, entre ellos España, más de 8,3 millones de personas utilizan cigarrillos electrónicos en Europa. La mayoría de los usuarios también fumaban cigarrillos convencionales, utilizaban cigarrillos electrónicos con nicotina y consumían cigarrillos electrónicos en zonas interiores libres de humo, según se desprende de la encuesta TackSHS Survey, hecha en más de 11.000 ciudadanos de más de 15 años y publicada en Journal of Epidemiology. En concreto, "el 65,1% afirmó utilizar el cigarrillo electrónico en al menos un ambiente interior donde está prohibido fumar; en particular, en los lugares de trabajo (34,9%) y bares y restaurantes (41,5%)". De este estudio también cabe destacar que los jóvenes y los adolescentes son el grupo más vulnerable a empezar a fumar y, por lo tanto, deberían ser la población objetivo más importante para las intervenciones de control de tabaco.

2. Es bien conocido el daño que el tabaquismo pasivo provoca sobre la salud en espacios públicos cerrados como los lugares de trabajo, domicilios y restaurantes. No obstante, en la actualidad, el número de fumadores en espacios públicos abiertos como terrazas ha aumentado y, como consecuencia, esto ha generado una pérdida de la calidad del aire respirado, incrementándose la concentración de partículas y de otros agentes contaminantes, afectando la salud de trabajadores y clientes de estos espacios.

En concreto, el humo del tabaco aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares (cardiopatía isquémica, ictus), respiratorias e infecciones respiratorias, además es un excelente vehículo de transmisión de partículas virales que puede favorecer la transmisión de la COVID-19, según se demostró en una revisión de estudios sobre los efectos en la salud del tabaquismo o vapeo pasivo en las terrazas, publicada en Open Respiratory Archives, con motivo de la pandemia de COVID-19.

3. La exposición se asocia con el riesgo de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), especialmente en aquellos expuestos al humo de tabaco ajeno durante más de 5 años. Cabe señalar que la exposición al humo de tabaco ajeno aumenta significativamente el riesgo de desarrollar EPOC en personas con una exposición breve y en mujeres. Este humo de tabaco, conjuntamente con otros contaminantes ambientales, puede ayudar a comprender por qué muchos pacientes con EPOC no han sido fumadores activos, según un metaanálisis de 15 estudios que, en conjunto, involucró a más de 25.000 participantes y publicado en 2023 en International Journal of Chronice Obstructive Pulmonary Disease.

4. El uso de cigarrillos electrónicos, particularmente con vapores que contienen nicotina, es una alternativa dañina al tabaquismo y puede provocar daño pulmonar de forma aguda y/o crónica . El vapor de los cigarrillos electrónicos que contiene nicotina aumenta la permeabilidad endotelial pulmonar, induce inflamación y provoca alteraciones de las vías respiratorias y del parénquima, según ha demostrado un estudio efectuado en modelos animales y cultivos celulares publicado en European Respiratory Journal, también en 2023. Además, los compuestos de los e-cigarrillos han sido detectados en sangre del cordón umbilical y en la leche materna en no usuarias expuestas e-cigarrillos.

5. La regulación estricta de productos inseguros es una herramienta más flexible para disminuir los riesgos conductuales y, al mismo tiempo, evitar daños sociales (un mercado negro o una aplicación discriminatoria). Las regulaciones suelen ser más viables políticamente que las prohibiciones, que suelen generar preocupaciones sobre el paternalismo y el "Estado niñera".

En cualquier caso, actualmente las políticas destinadas a ampliar los espacios libres de humo siguen siendo necesarias para proteger la salud humana y, muy especialmente, la de la población más vulnerable, como los niños. Actualmente, el apoyo público para ampliar los espacios sin humo a zonas semiprivadas, más allá de los centros de trabajo o los espacios públicos, es alto, aunque más entre los no fumadores y exfumadores que entre los fumadores. Este apoyo es especialmente alto cuando se trata de lugares frecuentados por niños (como los automóviles privados, parques infantiles y recintos escolares), según concluye un amplio estudio publicado en eClinicalEvidence (part of The Lancet Discovery Science) en 2023. Este trabajo también señala que el apoyo aumenta a medida que se van aplicando nuevas medidas que amplían las zonas libres de humo y concluye que los gobiernos deberían estar tranquilos sobre el apoyo público existente respecto a las políticas sin humo.

6. Vapear puede afectar el comportamiento de manera negativa. Puede alentar a las personas a comenzar a fumar, aumentar la dependencia o dificultar el abandono de los vapeadores. Por ello, al legislar sobre el vapeo, hay que insistir en que éste no es inocuo para la salud y sobre todo insistir en que no es un método para dejar de fumar. Actualmente existen fármacos seguros y eficaces para la deshabituación tabáquica.

Al respecto, diversos estudios internacionales y de ámbito estatal han demostrado la existencia de esta potente asociación entre vapeo entre los más jóvenes e inicio del tabaquismo posteriormente. Los hallazgos de un estudio, publicado en JAMA Network Open, respaldan la idea de que el uso de cigarrillos electrónicos está asociado con un mayor riesgo de iniciación y uso de cigarrillos, particularmente entre jóvenes de bajo riesgo. A nivel poblacional, el uso de cigarrillos electrónicos puede contribuir al inicio del consumo de cigarrillos entre los jóvenes.

Preocupante consumo de e-cigarrillos en adolescentes en España

En España, uno de cada cuatro estudiantes de 12 y 13 años ha probado alguna vez un cigarrillo electrónico, más las chicas que los chicos, según un estudio efectuado en 8.000 estudiantes de 1º y 2º de la ESO, sobre consumo de alcohol, tabaco y posibles adicciones comportamentales en menores, elaborado por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas (PNSD) de forma simultánea a la Encuesta Escolar sobre Uso de Drogas en Estudiantes de Enseñanza Secundaria (Estudes).

En la primera adolescencia, la prevalencia de consumo de tabaco convencional es relativamente baja, puesto que el 8,5 % reconoce haber fumado tabaco alguna vez en su vida (6,5 % en el último año y 4,1 % en el último mes) y es más común entre las chicas que entre los chicos, independientemente del tramo temporal que se analice. En cambio, el consumo de los cigarrillos electrónicos es mucho más alto, puesto que hasta un 25 % ha fumado un e-cigarrillo alguna vez en su vida (un poco más las chicas) y entre un 10 % y un 12 % en el último mes.

A medida que aumenta la edad, aumenta el consumo de tabaco convencional (en el grupo de 14-18 llega a quintuplicar al de 12-13 años para el tramo temporal del último mes, de 4,1 % a 21 %,), y también el consumo de cigarrillos electrónicos, puesto que los alumnos de 13 años que han vapeado prácticamente duplican a los de 12 años en el último mes (14,5 % frente al 7,6 %). Se trata de una preocupante situación, puesto que los vapeadores son, por sí mismos nocivos, y son la puerta de entrada al tabaquismo convencional.

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