La arterioesclerosis es una enfermedad vascular crónica que afecta a las paredes de las arterias de gran y mediano tamaño, donde se van depositando colesterol, grasa, calcio y otras sustancias. Este depósito condiciona una pérdida de elasticidad de estas arterias, y en su progresión, pueden reducir u obstruir el flujo ...
La arterioesclerosis es una enfermedad vascular crónica que afecta a las paredes de las arterias de gran y mediano tamaño, donde se van depositando colesterol, grasa, calcio y otras sustancias. Este depósito condiciona una pérdida de elasticidad de estas arterias, y en su progresión, pueden reducir u obstruir el flujo en la arteria enferma, así como provocar la formación de coágulos que empeoran la obstrucción y que, además, pueden desprenderse, provocando, según su localización, infartos cerebrales, cardiacos o isquemia aguda a otros niveles. Se trata de una afección muy común y de alta prevalencia (ésta aumenta con la edad), especialmente en países desarrollados. Se estima que, en estos países, España incluido, hasta al 80% de las personas mayores de 65 años padecen arterioesclerosis, señalada por la OMS como la principal causa de muerte en el mundo. Solo en España, más 100.00 muertes al año son atribuibles a esta dolencia.
"Hablamos de una enfermedad crónica que evoluciona de forma silente durante años, antes de llegar a dar síntomas que aparecen cuando la obstrucción es severa", explica el doctor José Manuel Rodríguez Mesa, radiólogo vascular e intervencionista del Hospital Regional Universitario Carlos Haya (Málaga) y miembro de la Sociedad Española de Radiología Vascular e Intervencionista (SERVEI), que señala que el diagnóstico precoz de la arterioesclerosis es "de gran importancia", ya que identificar la enfermedad en etapas tempranas permite gestionar los factores de riesgo, modificar el estilo de vida, tratar los vasos afectados cuando la obstrucción aún no es severa y, en última instancia, prevenir las complicaciones graves.
"El objetivo fundamental del tratamiento es, por un lado, reducir el riesgo de complicaciones, y, por otro lado, evitar la progresión de la enfermedad. Esto requiere, en primer lugar, cambios en el estilo de vida, con la adopción de una dieta saludable, evitar la obesidad y la vida sedentaria, realizar ejercicio de forma regular y, por supuesto, dejar de fumar. Por otro lado, el uso de medicación para el control de la tensión arterial, así como para el control estricto de la glucemia en los diabéticos, reduce también la progresión de la enfermedad y disminuye las complicaciones. Por último, la receta de estatinas permite controlar las cifras de colesterol, habiendo demostrado una reducción en la aparición de eventos cardiovasculares", argumenta Rodríguez Mesa.
Una vez que la arterioesclerosis empieza a dar síntomas puede ser necesario el tratamiento local sobre los vasos enfermos. En ese sentido, el portavoz de la SERVEI destaca que los radiólogos vasculares e intervencionistas han sido "los pioneros y los que han desarrollado el tratamiento endovascular de estas patologías". Un tratamiento, añade el doctor, hace no tanto minoritario, pero que hoy se ha convertido "en la primera opción terapéutica" en la mayoría de las ocasiones mostrando una eficacia "equiparable e incluso superior" a la de la cirugía tradicional. "Con la punción de una arteria se puede acceder al interior de los vasos y "navegar" hasta el vaso obstruido para restaurar el flujo sanguíneo de dicho vaso, utilizando para ello, dependiendo del caso, diverso material específico y diversas técnicas como la angioplastia, la implantación de stents o la trombectomía", expone el experto.
Entre las ventajas -respecto a los abordajes tradicionales, como la cirugía abierta- de los tratamientos endovasculares realizados por los radiólogos vasculares e intervencionistas para el tratamiento de la arterioesclerosis, el doctor José Manuel Rodríguez Mesa señala que se tratan de procedimientos mínimamente invasivos con mayor precisión por la utilización de técnicas de imagen de última generación y, por tanto, con menor riesgo de complicaciones. "Todo esto hace que el periodo de recuperación sea más corto y curse con menor dolor, pudiendo muchas intervenciones realizarse de forma ambulatoria, dando de alta al paciente en unas horas y volviendo éste a la vida normal al día siguiente. Esto conlleva también una menor estancia hospitalaria y, por consiguiente, un menor coste para el Sistema Nacional de Salud", concluye el doctor.