Los resultados de un estudio en ratones indican que la preexistencia de una infección por Toxoplasma (T.) gondii exacerba la respuesta patofisiológica en el traumatismo cerebral, así como la extensión de la lesión, especialmente en machos. En el análisis del tejido cerebral los investigadores hallaron una mayor expresión de marcadores ...
Los resultados de un estudio en ratones indican que la preexistencia de una infección por Toxoplasma (T.) gondii exacerba la respuesta patofisiológica en el traumatismo cerebral, así como la extensión de la lesión, especialmente en machos. En el análisis del tejido cerebral los investigadores hallaron una mayor expresión de marcadores de neuroinflamación y de respuesta inmunitaria, ya a las 2 horas del traumatismo y de similar magnitud en ambos sexos, en comparación con los animales no infectados. Sin embargo, la afectación en los marcadores glutamatérgicos, de neurotoxicidad y de estrés oxidativo fue específica de sexo, según afirma Sandy Shultz, científica de la Universidad de Monash y directora del estudio.
La investigadora prosigue indicando que los machos infectados también presentaron notorias alteraciones de los tractos de materia blanca a las 18 semanas. Aunque la infección careció de impacto significativo sobre las deficiencias a largo plazo en el comportamiento, sí redujo la actividad locomotora en las hembras. Shultz señala que las infecciones por T. gondii son frecuentemente adquiridas a través de alimentos, con diseminación por el tracto gastrointestinal y ulterior penetración de la barrera hematoencefálica. El asentamiento permanente del patógeno en el sistema nervioso central resulta en la activación de astrocitos y microglía, así como en una subsiguiente infiltración de células inmunitarias procedentes de la circulación. Es, por tanto, previsible que el traumatismo recibido en este estado inflamatorio pueda influenciar negativamente el curso de la lesión, asegura la investigadora. La confirmación de los hallazgos en humanos podría contribuir a una prognosis más precisa del traumatismo cerebral, concluye Shultz.