Actualmente, los médicos utilizan, por lo general, tomografías computarizadas para ver cómo se agranda o se reduce un tumor, pero sólo se notan fácilmente grandes cambios de tamaño. Las biopsias de tumores brindan información más exacta, pero no se pueden realizar con la frecuencia suficiente para obtener actualizaciones periódicas. Por ...
Actualmente, los médicos utilizan, por lo general, tomografías computarizadas para ver cómo se agranda o se reduce un tumor, pero sólo se notan fácilmente grandes cambios de tamaño. Las biopsias de tumores brindan información más exacta, pero no se pueden realizar con la frecuencia suficiente para obtener actualizaciones periódicas. Por otra parte, herramientas destinadas a detectar células cancerosas en muestras de sangre han demostrado ser ineficaces para monitorear los tratamientos del cáncer de pulmón.
Ante estos casos, investigadores de la Universidad de Michigan (EEUU) han desarrollado un chip para procesar muestras de sangre. "Por lo general, hay que esperar de semanas a meses antes de que podamos evaluar completamente la efectividad del tratamiento del cáncer", indicó Shruti Jolly , profesora de oncología radioterápica y coautora correspondiente del estudio. "Sin embargo, con este chip, es posible que podamos evitar una terapia prolongada e ineficaz y pasar rápidamente a alternativas, salvando así a los pacientes de efectos secundarios innecesarios"
Esta técnica, según el estudio publicado en la revista ´Cell Reports´, ofrece una vigilancia más continua y facilita la administración de un tratamiento personalizado contra el cáncer. "Estábamos buscando marcadores de cáncer más sensibles que pudiéramos utilizar para controlar de cerca los tratamientos", indicó, por su parte, Sunitha Nagrath, profesora de ingeniería química y biomédica y una de las autoras correspondientes del estudio.
Monitorear el tratamiento
Para probar que el chip podía monitorear los tratamientos contra el cáncer de pulmón, los investigadores lo utilizaron para recolectar células cancerosas de la sangre de 26 pacientes que recibían quimioterapia e inmunoterapia para el cáncer de pulmón en etapa 3. Estos científicos tomaron muestras antes del tratamiento y después de la primera, cuarta, décima, decimoctava y trigésima semana de tratamiento de los pacientes.
Su experimento reveló que cuando la cantidad de células cancerosas en la sangre de un paciente no disminuye al menos un 75% en la cuarta semana de tratamiento, es más probable que el cáncer persista después.
El estudio también demostró que las células cancerosas recolectadas de pacientes cuyo cáncer no respondió al tratamiento tenían genes activados que pueden haber hecho que el cáncer fuera resistente. Estos genes podrían ser buenos objetivos para futuras terapias contra el cáncer, pero se requieren más estudios para probar esta idea.