La ginecóloga y responsable de Ginemed Madrid Aravaca, la doctora Nuria Pérez, afirma que "la criopreservación de óvulos, espermatozoides o tejido ovárico ofrecen la posibilidad de que", una vez superado el cáncer, "existan posibilidades de tener hijos". La posibilidad de que una mujer joven pueda quedarse embarazada de forma natural una ...
La ginecóloga y responsable de Ginemed Madrid Aravaca, la doctora Nuria Pérez, afirma que "la criopreservación de óvulos, espermatozoides o tejido ovárico ofrecen la posibilidad de que", una vez superado el cáncer, "existan posibilidades de tener hijos".
La posibilidad de que una mujer joven pueda quedarse embarazada de forma natural una vez finalizados los tratamientos contra el cáncer, según señalan desde Ginemed, dependerá de que no sufra un daño ovárico irreversible. No obstante, existen diversas estrategias para preservar la fertilidad previa al inicio de los tratamientos oncológicos.
En este sentido, la criopreservación de embriones, una técnica de preservación de la fertilidad, requiere que la mujer tenga pareja o recurra a una donación de semen en el momento del diagnóstico del cáncer. Además de este procedimiento, la experta también destaca la preservación de óvulos mediante vitrificación, "un sistema de congelación ultrarrápida, que evita que se produzcan daños en las células por la formación de cristales de hielo", para una posterior Fecundación in vitro (FIV).
En el caso de los hombres, los bancos de semen (llamados también bancos de criopreservación de semen) son la opción más común. "Tras examinarse en el laboratorio, el semen se congela y se almacena para el futuro. Los espermatozoides pueden conservarse así por un tiempo indefinido", aclara la ginecóloga.
Las mujeres, por otro lado, han de someterse previamente a un proceso de estimulación ovárica si el tipo de cáncer lo permite, para aumentar la producción de folículos y extracción de óvulos tras punción folicular.
Otra opción de preservación es el blindaje testicular (llamado también blindaje gonadal), un procedimiento en el que se coloca una cubierta protectora en el exterior del cuerpo que sirve de escudo para proteger a los testículos de la radiación que se dispersa a la pelvis cuando otras partes del cuerpo se tratan con radiación.
Asimismo, la extracción de espermatozoides testiculares (EET) se utiliza en casos de hombres que no pueden producir una muestra de semen. Los espermatozoides se recogen por medio de un procedimiento médico y se congelan para uso futuro.
No obstante, Ginemed recuerda que cada una de estas estrategias se verán condicionadas por el diagnóstico, el tipo de tratamiento, si la paciente tiene o no pareja o por el riesgo de metástasis ováricas, entre otros.
Los efectos de los tratamientos en la fertilidad
En cuanto a los efectos de los tratamientos empleados para hacer frente a un cáncer, relativos a la fertilidad, la doctora Pérez advierte de que, en el caso de la quimioterapia, esta incide directamente sobre los ovocitos, ya que funciona eliminando las células que se dividen rápidamente.
De igual manera, la radioterapia alrededor de los órganos reproductivos de una mujer, según la experta, puede afectar directamente su fertilidad (pelvis, vientre, útero) y las dosis altas de radiación como tratamiento oncológico pueden destruir parte o toda la reserva ovárica.
La doctora Pérez señala que la cirugía sobre los órganos reproductivos ocasiona un daño directo y, en casos de operaciones en zonas vecinas, se crean inflamaciones y adherencias que también serán perjudiciales.
Finalmente, la experta advierte de que algunos tratamientos de inmunoterapia utilizados para tratar el cáncer pueden causar daños permanentes en los ovarios y afectar, por tanto, a la fertilidad femenina de las mujeres sobrevivientes a un cáncer.
En la misma línea, pero en el caso de los hombres, "los diferentes tratamientos para superar un cáncer pueden tener consecuencias sobre la fertilidad de los varones", recuerda la especialista. En los tipos de cáncer que afectan directamente a los órganos reproductivos masculinos, como el testicular, próstata, o vejiga, tienen más probabilidad de generar infertilidad, especialmente si hay cirugía para extirpar el tumor maligno.
La radioterapia, cuando se dirige a la pelvis, puede acabar con las células madre que producen los espermatozoides. Y por su parte, la quimioterapia lesiona en muchos casos la capacidad reproductiva del varón.