Una dieta de alta calidad a la edad de 1 año puede frenar el riesgo posterior de enfermedad inflamatoria intestinal, sugiere un gran estudio a largo plazo, publicado en línea en la revista ´Gut´. En concreto, los hallazgos indican que comer mucho pescado y verduras y un consumo mínimo de bebidas ...
Una dieta de alta calidad a la edad de 1 año puede frenar el riesgo posterior de enfermedad inflamatoria intestinal, sugiere un gran estudio a largo plazo, publicado en línea en la revista ´Gut´.
En concreto, los hallazgos indican que comer mucho pescado y verduras y un consumo mínimo de bebidas azucaradas a esta edad pueden ser claves para la protección. Estos resultados llevan a plantearse si ha llegado el momento de que los médicos recomienden una dieta "preventiva" para los bebés, dada la creciente evidencia indicativa de plausibilidad biológica.
Para analizar esta cuestión, los investigadores se basaron en datos de encuestas del estudio de Suecia (ABIS) y del Estudio de cohorte noruego de madres, padres e hijos (MoBa). ABIS incluye 21.700 niños nacidos entre octubre de 1997 y octubre de 1999. Por su parte, MoBa incluye 114.500 niños, 95.200 madres y 75.200 padres reclutados en toda Noruega entre 1999 y 2008.
A los padres se les hicieron preguntas específicas sobre la dieta de sus hijos cuando tenían entre 12 y 18 meses y entre 30 y 36 meses. El análisis final incluyó información dietética de 81.280 niños de 1 año: 11.013 (48% niñas) de ABIS y 70.267 (49% niñas) de MoBa.La calidad de la dieta, obtenida a partir de la medición de la ingesta de carne, pescado, frutas, verduras, lácteos, dulces, refrigerios y bebidas, se evaluó utilizando una versión modificada del sistema de puntuación del Índice de Alimentación Saludable (HEI), adaptado para niños. También se evaluó la frecuencia semanal de grupos de alimentos específicos.
En cuanto a los resultados, una mayor calidad de la dieta (una mayor ingesta de verduras, frutas y pescado, y una menor ingesta de carne, dulces, refrigerios y bebidas) se reflejó en una puntuación HEI más alta. La puntuación total se dividió en tercios para indicar una puntuación baja, media, o dieta de alta calidad.
También se informaron datos sobre la edad al destete, el uso de antibióticos y la ingesta de alimentos con fórmula a los 12 años (ABIS) y a los 18 meses (MoBa). La salud de los niños fue monitoreada durante un promedio de 21 (ABIS) y 15 (MoBa) años desde la edad de 1 año hasta el 31 de diciembre de 2020-21.
Durante este período, 307 niños fueron diagnosticados con EII (131 con enfermedad de Crohn; 97 con colitis ulcerosa; y 79 con EII no clasificada). La edad promedio en el momento del diagnóstico fue de 17 años (ABIS) y 12 (MoB).
Las dietas de calidad media y alta a la edad de 1 año se asociaron con un riesgo general un 25% menor de EII en comparación con una dieta de baja calidad a esta edad, después de ajustar por factores potencialmente influyentes, como los antecedentes de los padres de EII, el sexo del niño, el grupo étnico origen, y educación y condiciones coexistentes en la madre.
Específicamente, la ingesta elevada de pescado a la edad de 1 año se asoció con un riesgo general más bajo en comparación con su opuesto, y un riesgo 54% menor de colitis ulcerosa en particular.
Una mayor ingesta de vegetales al año de edad también se asoció con un riesgo reducido de EII. Por otro lado, el consumo de bebidas azucaradas se asoció con un riesgo un 42% mayor. No hubo asociaciones obvias entre ninguno de los otros grupos de alimentos, incluida la carne, los lácteos, las frutas, los cereales, las patatas y los alimentos con alto contenido de azúcar y/o grasa, y los riesgos generales de EII, enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa.
A la edad de 3 años, sólo el consumo elevado de pescado se asociaba con un riesgo reducido de EII y, en particular, de colitis ulcerosa.Los hallazgos se mantuvieron sin cambios después de tener en cuenta los ingresos del hogar y la ingesta de fórmula y el uso de antibióticos del niño al año de edad.
Este es un estudio observacional y, como tal, no puede establecer la causa. Y los investigadores reconocen que, si bien la tasa de participación en ABIS fue alta (79%), fue sólo del 41% para MoBa. Y como Suecia y Noruega son dos países de ingresos altos, los hallazgos pueden no ser generalizables a países de ingresos bajos o medios con otros hábitos alimentarios.
Pese a ello, estos nuevos hallazgos son consistentes con la hipótesis de que la dieta en los primeros años de vida, posiblemente mediada por cambios en el microbioma intestinal, puede afectar el riesgo de desarrollar EII.