Cerca del 30% de la población adulta padece hipertensión y menos de la mitad la tiene bajo control, teniendo en cuenta que es un factor de riesgo clave para eventos cardiovasculares adversos importantes. Las intervenciones dietéticas forman parte de un enfoque eficaz para reducir la presión arterial (PA), pero no resultan ...
Cerca del 30% de la población adulta padece hipertensión y menos de la mitad la tiene bajo control, teniendo en cuenta que es un factor de riesgo clave para eventos cardiovasculares adversos importantes.
Las intervenciones dietéticas forman parte de un enfoque eficaz para reducir la presión arterial (PA), pero no resultan igual de efectivas en todos los pacientes, partiendo de que la PA es hereditaria y la genética juega un papel fundamental en la heterogeneidad de la respuesta al tratamiento.
De ahí que investigadores de la Universidad de Newcastle (Australia) hayan realizado un estudio para concer si la genética de la PA podría usarse para identificar personas con hipertensión que pueden recibir un beneficio particular al reducir la ingesta de sodio y aumentar los niveles de potasio.
"Podemos medir el riesgo genético de una persona en desarrollar presión arterial alta con respecto a los sistemas fisiológicos responsables (incluidos los riñones, el corazón o el músculo liso) y luego seleccionar los medicamentos con precisión", explicó el profesor Murray Cairns, de la Universidad de Newcastle.
Desde su punto de vista, "si bien muchas personas tienen una predisposición genética a la presión arterial alta que se desencadena o exacerba con una dieta moderna rica en sal, responderán bien a un tratamiento que reduzca el sodio".
Sodio y riesgo genético
El riesgo genético y los electrolitos urinarios se correlacionaron de forma independiente con la PA. Sin embargo, el sodio urinario se asoció con un mayor aumento de la presión arterial entre los individuos con mayor riesgo genético en las vías relacionadas con el sodio y el potasio que en aquellos con un riesgo genético comparativamente menor.
Por tanto, en algunas personas, la sal no es un factor importante en su hipertensión, por lo que pueden beneficiarse más de tratamientos que se dirigen a otros aspectos biológicos de su riesgo genético.
Dado que el 80 por ciento de las personas terminan con algún tipo de enfermedad crónica y el 20 por ciento con dos o más, los conocimientos genéticos que impulsan la medicina de precisión podrían tener un impacto masivo en la salud global y también en el abordaje de la hipertensión.
"El riesgo genético en las vías del sodio y el potasio podría usarse en un modelo de medicina de precisión para dirigir intervenciones más específicas en el manejo de la hipertensión", concluyen los autores de este trabajo, publicado en la revista ´Circulation´.