Un estudio in vitro de la Universidad de Innsbruck pone de manifiesto la sinergia tóxica entre la materia particulada ambiental y dosis subcitotóxicas de radiación ultravioleta (UV) en fibroblastos cutáneos humanos. La exposición a ambos factores durante cuatro días consecutivos redujo la proliferación celular en mayor medida que cualquiera de ...
Un estudio in vitro de la Universidad de Innsbruck pone de manifiesto la sinergia tóxica entre la materia particulada ambiental y dosis subcitotóxicas de radiación ultravioleta (UV) en fibroblastos cutáneos humanos. La exposición a ambos factores durante cuatro días consecutivos redujo la proliferación celular en mayor medida que cualquiera de los dos individualmente, al tiempo que incrementó la proporción de fibroblastos con expresión de un marcador de senescencia. Esta última también se manifestó en un notorio cambio morfológico celular, según afirma Maria Cavinato, directora del estudio.
La investigadora prosigue indicando que, a la concentración utilizada, la materia particulada no indujo ninguna alteración estructural ni muerte celular, lo que pudo ser confirmado en un ulterior análisis molecular. Aunque la radiación UV por sí sola tuvo un efecto deletéreo sobre las mitocondrias, el grado de fragmentación de estos orgánulos fue mucho mayor con la combinación, asegura Cavinato. La producción de especies reactivas del oxígeno también aumentó, con el concomitante incremento en el número de roturas del ADN. El conjunto de los hallazgos indica que la combinación estudiada tiene un doble impacto negativo sobre los fibroblastos dérmicos, estimulado tanto su envejecimiento como su apoptosis, o muerte celular programada, señalan los científicos. Cavinato concluye indicando que a pesar de que la mayoría de la población mundial vive en zonas altamente contaminadas, existe un limitado conocimiento acerca de los mecanismos subyacentes al envejecimiento de la piel causado por el estrés medioambiental.