La Unidad de Epilepsia de la Clínica Universidad de Navarra ha puesto en marcha un estudio clínico con el que busca establecer marcadores biológicos que permitan estimar el riesgo de que los pacientes con epilepsia desarrollen un deterioro cognitivo asociado con esta enfermedad. Se estima que entre el 60 y ...
La Unidad de Epilepsia de la Clínica Universidad de Navarra ha puesto en marcha un estudio clínico con el que busca establecer marcadores biológicos que permitan estimar el riesgo de que los pacientes con epilepsia desarrollen un deterioro cognitivo asociado con esta enfermedad. Se estima que entre el 60 y el 70% de estas personas sufrirán problemas cognitivos, especialmente pérdida de memoria.
"Hasta hace unos pocos años el tratamiento de la epilepsia consistía únicamente en el control de las crisis epilépticas, pero hemos ido viendo que un alto porcentaje de pacientes desarrollaban problemas de memoria o atención que limitan sustancialmente su calidad de vida, a veces, con más efectos incluso que las propias crisis epilépticas", reconoce el Dr. Asier Gómez, especialista del Departamento de Neurología de la Clínica Universidad de Navarra.
El objetivo de este estudio, financiado por el Instituto de Salud Carlos III, dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación, es investigar este deterioro cognitivo asociado a la epilepsia con biomarcadores similares a los utilizados para el diagnóstico precoz de la enfermedad de Alzheimer, las proteínas Tau y Beta Amiloide. Para la detección de este deterioro cognitivo se realizan tres pruebas: una valoración cognitiva completa, la toma de una muestra de líquido cefalorraquídeo mediante punción lumbar y una resonancia cerebral específica.
"Con este proceso pretendemos objetivar si los problemas cognitivos que nos refieren los pacientes están relacionados con un proceso neurodegenerativo asociado a la epilepsia o a otros factores, como pueden ser los fármacos. Este avance nos permitiría además intervenir de manera precoz para el tratamiento de esa alteración cognitiva con herramientas como la rehabilitación cognitiva", añade.
Actualmente, el estudio está abierto a pacientes con epilepsia del lóbulo temporal que tengan entre 40 y 70 años.
Rehabilitación cognitiva
Algunas de las alteraciones cognitivas más frecuentes asociadas a la epilepsia son la dificultad para recordar información, como conversaciones o hechos recientes, encontrar la palabra adecuada o lentificación para realizar tareas. Todas estas complicaciones que afectan a la vida ordinaria pueden ser trastornos cognitivos originados por la combinación de varios factores, como las propias crisis epilépticas, los fármacos con que se trata o los trastornos del ánimo.
Las personas más afectadas, señalan los especialistas, suelen ser las de más edad, con varios años de enfermedad y una alta frecuencia de crisis y, por lo tanto, las que llevan más tiempo con medicación. Para prevenir o aliviar estos déficits, la rehabilitación cognitiva es una alternativa terapéutica enfocada a mejorar la función cognitiva en general y cada una de sus áreas en particular, como la memoria, la función ejecutiva, la atención, el lenguaje y la función visoespacial.
"Esta rehabilitación se diseña con unos objetivos concretos a la medida de cada paciente. Se realizan ejercicios que fortalecen los procesos básicos afectados, de manera que la red neuronal implicada en la función alterada se reentrena. En otros casos, existen estrategias compensatorias dirigidas a que el paciente aprenda actividades funcionales para su vida cotidiana, aunque la función alterada no mejore de forma específica", explica la Dra. Teresa Rognoni, neuropsicóloga del Departamento de Neurología de la Clínica.
Con un seguimiento personalizado de rehabilitación neuropsicológica, cada paciente y su familiar avanzan en el manejo de las alteraciones cognitivas y conductuales y se reduce el impacto que tienen en su vida cotidiana.
Según la Sociedad Española de Neurología, unas 400.000 personas padecen epilepsia en España y cada año se detectan hasta 22.000 nuevos casos. En Europa, esta patología neurológica afecta a cerca de 6 millones de habitantes.