Algunos estudios sugieren que existe un vínculo entre el nacimiento de un bebé prematuro y el desarrollo de autismo en un niño, mientras que otras investigaciones no han encontrado ninguna conexión entre ambos. Ahora, una nueva investigación presentada en la reunión anual de la Sociedad de Medicina Materno-Fetal (SMFM), desvela que ...
Algunos estudios sugieren que existe un vínculo entre el nacimiento de un bebé prematuro y el desarrollo de autismo en un niño, mientras que otras investigaciones no han encontrado ninguna conexión entre ambos.
Ahora, una nueva investigación presentada en la reunión anual de la Sociedad de Medicina Materno-Fetal (SMFM), desvela que realmente no existe una asociación significativa entre el parto prematuro y el autismo. El resumen de este trabajo se publicó en el suplemento de enero de 2024 del ´American Journal of Obstetrics and Gynecology´.
Para realizar esta afirmación, los investigadores analizaron casi 115.000 partos durante 12 años, entre 2005 y 2017, utilizando registros de hospitales y clínicas comunitarias en Israel. Los datos abarcaron una amplia diversidad de personas embarazadas. El estudio analizó el diagnóstico de autismo en niños según el momento del parto: extremadamente prematuro, muy prematuro, prematuro de moderado a tardío o a término.
De los 114.975 embarazos analizados, el 0,3% de los recién nacidos nacieron extremadamente prematuros, o antes de las 28 semanas; el 0,6% nacieron muy prematuros, o entre 28 y poco menos de 32 semanas; el 6% nacieron prematuros de moderados a tardíos, o entre 32 y poco menos de 37 semanas; y el 93,1% restante nació a término, o entre 37 y 42 semanas.
En el análisis inicial, los investigadores encontraron una asociación significativa entre el parto prematuro y la aparición de autismo (1,6% frente a 0,3% frente a 0,8% frente a 0,7% para partos extremadamente prematuros, muy prematuros, prematuros de moderados a tardíos y a término, respectivamente). Sin embargo, después de un análisis avanzado que ajusta los factores que potencialmente podrían estar asociados con el autismo, como el origen étnico, el tamaño pequeño para la edad gestacional, la edad materna y el sexo del bebé, los investigadores no encontraron ninguna asociación significativa entre el parto prematuro y el autismo.
Así, el trabajo concluye que es poco probable que un solo factor obstétrico sea la causa del TEA. Una teoría más plausible implica la presencia simultánea de múltiples factores.