El 64% de las mujeres con menopausia afirma que tiene problemas para conciliar o mantener el sueño durante toda la noche y un 60% indica que padece sudores y sofocos nocturnos que dificultan su descanso, según un estudio de Domma que ha contado con la participación de 8.500 encuestadas. A nivel ...
El 64% de las mujeres con menopausia afirma que tiene problemas para conciliar o mantener el sueño durante toda la noche y un 60% indica que padece sudores y sofocos nocturnos que dificultan su descanso, según un estudio de Domma que ha contado con la participación de 8.500 encuestadas.
A nivel global, el insomnio es una de las dolencias más habituales en la población adulta. A pesar de su frecuencia durante la menopausia, la cofundadora de Domma, Mireia Roca, defiende que "el insomnio es un síntoma muy poco visibilizado que se sufre en silencio durante la madrugada, para no despertar al resto de la familia, pero que tiene un impacto directo en el bienestar físicos y emocional de la mujer durante el climaterio".
En este sentido, la biotecnóloga y especialista en product I+D en Domma, Julia Guri, subraya que "el insomnio en la menopausia no es cualquier insomnio; en esta etapa hay una serie de factores fisiológicos alterados que impiden el funcionamiento adecuado del organismo".
"De esta manera, nos encontramos con un insomnio que viene acompañado de déficits nutricionales, de desajustes endocrinos -que no sólo incluyen las hormonas sexuales sino también la insulina, el cortisol y otras que tienen incidencia directa en el metabolismo-, y de cambios en la producción de neurotransmisores que determinarán la actividad de nuestro sistema nervioso a lo largo de toda la madurez", señala Guri.
Ante este contexto, desde Domma recomiendan seguir un estilo de vida saludable, así como poner en práctica una serie de pautas para favorecer la calidad del sueño, entre las que destacan diseñar una rutina antes de ir a la cama. Para ello, es útil dejar de lado las pantallas, leer un libro, escuchar música relajante, encender una vela y rodearse de un ambiente tenue para que empiece a fluir la melatonina en el cuerpo.
Asimismo, el equipo de especialistas de Domma recomienda tomar una infusión relajante, como valerianas o manzanillas, entre 30 minutos y una hora antes de dormir; tomar cenas ligeras y alimentos que no dificulten la digestión, así como reducir el consumo de café (sobre todo después de comer), de alcohol y las comidas picantes; y reservar el dormitorio para dormir, aconsejando que el resto de actividades se hagan fuera de ella.
Para los sofocos y sudores nocturnos, desde Domma subrayan la importancia de vigilar la temperatura de la habitación, así como el uso de una ropa adecuada a cada época del año.
De igual manera, es aconsejable hacer ejercicio, preferiblemente de forma diaria, o al menos pasear y mantener un estilo de vida activo, pero evitando un exceso de ejercicio justo antes de ir a dormir, ya que estimula el cuerpo e incrementa la temperatura corporal.
En cambio, sí que son recomendables algunas prácticas como el yoga o la meditación, que pueden resultar muy útiles para favorecer un estado de calma y relajación.
Por último, desde la entidad sostienen la importancia de mantener una hidratación adecuada durante todo el día; tomar una ducha o baño relajante antes de ir a la cama; y alejar las preocupaciones, pudiendo ser útil anotarlas en un papel, para poder olvidarlas durante la noche y afrontarlas con energías renovadas a la mañana siguiente.