El estrés prenatal es un factor de riesgo potencial de enfermedad cardiovascular en los hijos en el futuro. En un nuevo estudio publicado en ´JACC: Heart Failure´, se descubrió que la pérdida materna de una pareja o de un hijo poco antes o durante el embarazo se asocia con un ...
El estrés prenatal es un factor de riesgo potencial de enfermedad cardiovascular en los hijos en el futuro. En un nuevo estudio publicado en ´JACC: Heart Failure´, se descubrió que la pérdida materna de una pareja o de un hijo poco antes o durante el embarazo se asocia con un mayor riesgo de insuficiencia cardíaca en el niño hasta la mediana edad.
Según investigadores del Colegio Americano de Cardiología, se teoriza que el estrés materno poco antes o durante el embarazo puede provocar un entorno intrauterino adverso, lo que puede aumentar el riesgo de resultados adversos en el embarazo, además de empeorar el perfil de riesgo cardiovascular y aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular del futuro bebé.
Teniendo en cuenta que la muerte de un familiar cercano se considera una de las fuentes de estrés más graves, para analizar esta cuestión, el estrés prenatal se definió como el duelo materno y se utilizó para investigar el papel del estrés prenatal severo en el desarrollo de insuficiencia cardíaca en la mediana edad.
La cohorte del estudio incluyó más de 6.700.000 nacimientos únicos vivos en Dinamarca y Suecia entre 1973 y 2016. Utilizando registros nacionales, los investigadores recuperaron información sobre las muertes de familiares cercanos de las madres (pareja, hijos mayores, padres y hermanos) y la insuficiencia cardíaca de los hijos hasta hasta 2016 en Dinamarca y 2020 en Suecia.
La exposición al estrés prenatal se definió como la pérdida materna de un familiar cercano (hijo mayor, pareja, hermano o padre) en el año anterior o durante el embarazo. La pérdida del embarazo no se incluyó en la definición. Si hubo varias pérdidas durante el período de exposición, los investigadores contaron la primera pérdida como la fecha de exposición.
La exposición también se clasificó de tres maneras: 1) la relación de la madre con el fallecido; 2) la causa de muerte del familiar fallecido (natural o no natural según lo define la Clasificación Internacional de Enfermedades); y 3) tiempo de la pérdida (año antes del embarazo, primer, segundo o tercer trimestre del embarazo).
En la cohorte del estudio, 167.192 participantes experimentaron estrés prenatal debido al duelo materno en el año anterior o durante el embarazo. Las madres del grupo expuesto tenían más probabilidades de ser mayores, casadas, fumadoras y tener antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares en comparación con las madres del grupo no expuesto.
Durante el período de seguimiento (la mediana del tiempo de seguimiento fue de 24,2 años), a 4.812 niños se les diagnosticó insuficiencia cardíaca. Las formas más graves de pérdida materna, incluida la pérdida de una pareja o de un hijo mayor, se asociaron con el diagnóstico de insuficiencia cardíaca.
Sin embargo, la pérdida de otros familiares cercanos en el año anterior o durante el embarazo no se asoció con un mayor riesgo de insuficiencia cardíaca en la descendencia, excepto en el caso de muerte no natural de los miembros de la familia.
No hubo diferencias sustanciales en el riesgo de insuficiencia cardíaca cuando la exposición se clasificó por el momento del duelo en relación con el embarazo. "Descubrimos que sólo las formas más graves de duelo materno se asociaban con el riesgo de insuficiencia cardíaca de los hijos hasta la mediana edad", apuntan los investigadores.
De cara al futuro, plantean la posibilidad de estudiar nuevas cohortes para analizar si la salud mental u otros tipos de estrés, por ejemplo, dificultades financieras, estrés laboral y matrimonial u otros acontecimientos adversos de la vida, podrían influir en el riesgo de insuficiencia cardíaca, no sólo a una edad temprana, sino también en edades adultas.