Personas que se enfrentan a enfermedades graves e incurables y reciben cuidados paliativos se enfrentan diariamente a situaciones en las que predomina el dolor físico, psicológico y emocional severo. Si bien las opciones que se les ofrecen pueden ayudar, a menudo no suelen encontrar el suficiente alivio que requieren. Al respecto, ...
Personas que se enfrentan a enfermedades graves e incurables y reciben cuidados paliativos se enfrentan diariamente a situaciones en las que predomina el dolor físico, psicológico y emocional severo. Si bien las opciones que se les ofrecen pueden ayudar, a menudo no suelen encontrar el suficiente alivio que requieren.
Al respecto, investigadores de las Universidades de Adelaida y Australia del Sur iniciaron un estudio para comprobar qué podrían aportar terapias basadas en realidad virtual relajante, partiendo de que esta suele utilizar un entorno o experiencia específicos, y, al mismo tiempo, combinarse con técnicas de relajación tradicionales, para inducir un efecto positivo o reducir la excitación emocional en el usuario, según explican en el trabajo publicado en BMJ Supportive& Palliative Care.
Las intervenciones inmersivas de realidad virtual dirigen importantes recursos cognitivos para procesar información sensorial nociceptiva y reducir la capacidad del individuo para procesar estímulos dolorosos, reduciendo así su experiencia subjetiva de dolor. En concreto, implica el uso de auriculares para crear una experiencia inmersiva que se siente en 3D, a menudo acompañada de música o efectos de sonido realistas. Este entorno generado por computadora puede parecer increíblemente cercano a la realidad.
Posibles beneficios
Para averiguar qué beneficios puede reportar, los investigadores trabajaron con 16 pacientes de cuidados paliativos en una sala de agudos a realizar tres sesiones de realidad virtual de 20 minutos, averiguando cómo se sentían antes y después de cada una de las sesiones.
De los resultados obtenidos se desprende que más del 50% de los pacientes experimentaron reducciones clínicamente significativas en síntomas como el dolor y la depresión inmediatamente después de una sesión de realidad virtual de 20 minutos, mientras que a algunos no les ayudó o se sintieron peor después de usarlo.
Los autores de este trabajo consideran, por tanto, crucial adoptar un enfoque matizado en el uso de la realidad virtual en cuidados paliativos. En consecuencia, se necesitan estudios de eficacia más sólidos para establecer la idoneidad de los tratamientos de realidad virtual como intervenciones de ajuste en poblaciones con enfermedades crónicas.