La Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y la Alianza por el Sueño dieron a conocer este jueves los datos sobre un reciente sondeo realizado en 549 médicos de Atención Primaria en relación con su salud del sueño. El objetivo de la encuesta es caracterizar el problema, ...
La Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y la Alianza por el Sueño dieron a conocer este jueves los datos sobre un reciente sondeo realizado en 549 médicos de Atención Primaria en relación con su salud del sueño. El objetivo de la encuesta es caracterizar el problema, más que cuantificar la incidencia.
Este estudio señala como factores precipitantes que afectan a la gravedad del trastorno de insomnio su elevada carga de trabajo, el escaso reconocimiento profesional o los problemas de inseguridad laboral (temporalidad, etcétera), entre otros. Se constata asimismo cómo las malas condiciones o contexto laboral afectan a su insomnio, lo que repercute en su mejor condición para atender a pacientes y en la necesidad de tomar sustancias como hipnosedantes para gestionar su insomnio y la situación.
Según los resultados, el 49,9% de los profesionales declara que el insomnio afecta a su productividad laboral. El 40,8% considera que impacta en su nivel de atención al paciente.
Pilar Rodríguez Ledo, presidenta de SEMG, destacó que nos enfrentamos a un cambio de paradigma, del cambio de concepto de salud, al que "nos tenemos que dirigir a la salud y no tanto a la enfermedad". Los factores determinantes en salud son los más importantes para ir proactivamente por delante de la enfermedad. Sostuvo que "el sueño en un problema de Salud pública y un problema de nuestra sociedad actual". "Los profesionales somos parte de esta comunidad y tenemos los mismos factores que nos influyen y otros inherentes a nuestra carga profesional", expuso. Instó a concienciar a la población, a los profesionales sanitarios y a prevenir. Para ello, hay que dimensionar el problema teniendo datos, y por eso esta encuesta.
Lorenzo Armenteros, coordinador del estudio, dijo que hay un problema de suelo. "El hecho de incrementar la edad contribuye a aumentar los problemas de sueño", matizó. Un factor importante es en que trabajan cada uno de los médicos. La mayoría de los que contestaron tenía una jornada continua. Un dato importante es que cerca del 86% estuvo trabajando en primera línea en la pandemia, un factor que ha contribuido a aumentar los problemas del sueño. El 85% de los que padecían insomnio al día siguiente tenía problemas en el trabajo, se sentían que podían ser más torpes. Cerca del 40% se sentía trise o abatido. "Es importante destacar que la responsabilidad es mayor en una profesión como ésta cuando afecta el sueño. Si afecta a nuestra productividad, es necesario cuidarlo. Hay que cuidar a los que nos cuidan", expresó. La carga de trabajo es el principal factor precipitante de gravedad del insomnio en los médicos, con un 76%. La falta de reconocimiento (47%), los problemas con los usuarios (37%) y el clima laboral (35%) son otros factores importantes. Tener una jornada continua es algo positivo, mientras que tenerla discontinua contribuye a que se tenga una peor calidad del sueño. Las jornadas rotatorias influyen de una manera clara. En este marco, "iniciativas como Alianza por el sueño, para trabajar de forma conjunta, por una mejora de la calidad del sueño son muy interesantes". Por parte de la SEMG, hay un proyecto de seguridad vital, que está basado en un trabajo activo con niños y adolescentes, porque hay que trabajar en esas edades, para fomentar hábitos de vida saludables. "Creemos que hay que trabajar en estos aspectos en el futuro, hay que trabajar en la salud comunitaria y en la prevención", aseveró. Es una apuesta clara de esta organización.
Expuso cómo se puede mejorar en este tema Isabel María Paúles, responsable del Grupo de Trabajo Estilos de Vida y Determinantes en Salud de la SEMG. El 70% de la población mundial no llega a las horas mínimas de sueño recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), al menos siete horas. Para mejorar la higiene del sueño, hay que tener en cuenta la alimentación. Los hidratos de carbono y las grasas saturadas, si los tomamos al final de día, hace que estemos más pesados y se duerma peor. Por la noche, se recomienda tener un adecuado aporte de magnesio. Todo el tema de alimentos picantes y especias impiden el descanso nocturno. La cafeína, los tes y el chocolate no están recomendados después de las 18:00 horas. En cuanto al ejercicio físico, se debería hacer a diario, pero no tres horas antes de dormir, para no provocar un estado de híperexcitación corporal. El tabaco y el alcohol igualmente no se deben consumir dos horas antes de dormir. Lo ideal es tener la persiana bajada, una adecuada ventilación y sin ruidos para favorecer el adecuado descanso. Las pantallas, de móviles, ordenador y televisores, producen una luz azul que provocan que las melatoninas no se segreguen adecuadamente. Interfieren en las rutas metabólicas de la vigilia-sueño. La ropa de cama ha de ser confortable. El dormitorio ha de estar enfocado a dormir, sin televisores y sin teléfonos.
"El que se tenga un problema de sueño puede afectar a la productividad. Puede obligar a que un médico tenga que hacer un esfuerzo mayor para cumplir con sus labores", sostuvo Armenteros. Rodríguez Ledo reflexionó en que, si el 70% de la población se ve afectada por problemas de insomnio, y en la encuesta contestan los médicos que lo padece un 50%, conllevaría que se está haciendo una gestión de este problema mejor en la profesión. Un mensaje es que hay que dar al sueño una importancia tan alta como a la alimentación, en palabras de Armenteros. Dejaron claro que éste es un problema de Salud pública. No hay razones para pensar que el porcentaje de médicos afectados por sueño sea diferente del de la población en general.