Un estudio del Institut de Neurociències de la Universitat Autònoma de Barcelona (Inc UAB) ha demostrado en ratones que un fármaco aprobado para humanos en un tipo de linfoma cutáneo podría mejorar los síntomas tras un ictus cerebral, atenuando las lesiones cerebrales y promoviendo la recuperación del tejido. El ictus isquémico ...
Un estudio del Institut de Neurociències de la Universitat Autònoma de Barcelona (Inc UAB) ha demostrado en ratones que un fármaco aprobado para humanos en un tipo de linfoma cutáneo podría mejorar los síntomas tras un ictus cerebral, atenuando las lesiones cerebrales y promoviendo la recuperación del tejido.
El ictus isquémico es la segunda causa de muerte en el mundo y se produce cuando el flujo sanguíneo no puede llegar al cerebro debido a una obstrucción, y durante un momento más o menos largo el cerebro no recibe oxígeno y hay daños y deterioro funcional, informa la UAB este miércoles en un comunicado.
Solo existe un tratamiento farmacológico para atenuar los efectos del ictus, pero no todos los pacientes se pueden beneficiar y está asociado a efectos adversos importantes, mientras que estos investigadores han demostrado que el ´vorinostat´ tiene "un gran potencial" al tratar las lesiones cerebrales que se derivan.
Este fármaco inhibe las deacetilosas de histonas, unos enzimas que regulan la expresión génica a partir de modificar los niveles de acetilación de un grupo de proteínas llamadas histonas.
Eel artículo publicado en la revista ´Biomedicine and Pharmacotherapy´ ha demostrado, en un modelo de ictus en ratas hipertensas muy cercano a la situación clínica, cómo este fármaco hace que el animal mejore los déficits neurológicos, que se reduce su daño cerebral y se atenúa la respuesta inflamatoria, entre otros efectos.
La primera autora del artículo, Andrea Díaz, ha asegurado que "con una única dosis de fármaco, aplicado durante el periodo de reperfusión, se conseguían prevenir múltiples factores asociadas a la patología del ictus", y que se abre el camino a la investigación de este tipo de tratamiento más allá de la fase preclínica.
Los investigadores han concluido que el tratamiento protege, no solo el cerebro, sino también los vasos que lo rodean, y lo hace incluso pasadas unas horas tras el ictus.