El hematoma subdural crónico se refiere a la acumulación gradual de sangre sobre la superficie del cerebro. Este trastorno afecta, principalmente, a pacientes de edad avanzada, se asocia con una morbilidad y mortalidad significativas y representa una enorme carga de recursos para la atención médica, dado que debido al envejecimiento ...
El hematoma subdural crónico se refiere a la acumulación gradual de sangre sobre la superficie del cerebro. Este trastorno afecta, principalmente, a pacientes de edad avanzada, se asocia con una morbilidad y mortalidad significativas y representa una enorme carga de recursos para la atención médica, dado que debido al envejecimiento de la población, los estudios muestran que dichos hematomas pueden resultar el diagnóstico neuroquirúrgico que más frecuentemente requiera tratamiento en la próxima década.
El estándar actual de atención para el tratamiento de los hematomas subdurales crónicos implica perforar orificios en el cráneo para drenar la sangre (es decir, tratamiento quirúrgico) o espera vigilante con diversas intervenciones médicas (es decir, tratamiento no quirúrgico) para pacientes que no requieren cirugía temprana. intervención y/o son malos candidatos quirúrgicos.
Sin embargo, un promedio de 10% a 30% de los pacientes experimenta recurrencia del hematoma subdural crónico después de la cirugía, lo que a menudo requiere una nueva operación. Los estudios muestran que estas tasas de fracaso quirúrgico son más altas entre los pacientes de edad avanzada afectados.
Tratamiento complemetario novedoso
En este contexto, la Sociedad Americana de Cirugía Neurointervencionista (SNIS, por sus siglas en inglés) ha reconocido la embolización de la arteria meníngea media (MMAE) como un tratamiento complementario beneficioso para el hematoma subdural crónico a la luz de una nueva investigación.
Se pudo comprobar cómo el procedimiento MMAE mínimamente invasivo redujo significativamente las tasas de fracaso derivadas de las estrategias tradicionales de tratamiento quirúrgico y no quirúrgico sin un aumento de la tasa de complicaciones neurológicas graves.
El procedimiento, según se expone desde la SNIS, resulta técnicamente sencillo y mínimamente invasivo. Se realiza mediante pequeños catéteres que se insertan a través de los vasos sanguíneos del brazo o la pierna. Seguidamente, estos pequeños catéteres se introducen en la arteria meníngea media y, a continuación, se inyectan agentes líquidos en estos vasos sanguíneos, que se solidifican dentro de ellos (como un pegamento), los bloquean y detienen el sangrado crónico en el espacio subdural.
"Los datos presentados avalan este novedoso procedimiento complementario, que representa un avance importante ya que reduce las tasas de fracaso de las estrategias de gestión estándar con un alto margen de seguridad procesal. El hematoma subdural crónico es un problema extremadamente común y estos hallazgos serán relevantes para una gran población de pacientes", señaló la Dra. Fiorella, profesora de neurocirugía en la Universidad Stony Brook.
"Como neurointervencionistas y neurocirujanos, estamos marcando la diferencia al proporcionar alternativas mínimamente invasivas basadas en evidencia, efectivas y centradas en el paciente a las estrategias de tratamiento tradicionales. Mis compañeros de la SNIS realizan continuamente un importante trabajo para avanzar en el campo y estoy esperanzado por lo que está por venir", afirmó, por su parte, el Dr. Arthur, catedrático de neurocirugía del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Tennessee y de la Clínica Semmes-Murphey.