La menopausia natural temprana, entendida como el cese de los períodos entre las edades de 40 y 44 años, afecta a alrededor del 12 por ciento de las mujeres en todo el mundo. Tanto la menopausia precoz como la insuficiencia ovárica prematura pueden acarrear un mayor riesgo de enfermedades crónicas, ...
La menopausia natural temprana, entendida como el cese de los períodos entre las edades de 40 y 44 años, afecta a alrededor del 12 por ciento de las mujeres en todo el mundo. Tanto la menopausia precoz como la insuficiencia ovárica prematura pueden acarrear un mayor riesgo de enfermedades crónicas, incluidas la osteoporosis y las enfermedades cardiovasculares. El diagnóstico de este tipo de menopausia, a menudo, no es sencillo a menos que se identifique una causa médica clara, como una cirugía o un tratamiento contra el cáncer.
Ofrecer un marco práctico para que los médicos orienten el diagnóstico y el tratamiento de la menopausia temprana, que considera la naturaleza y gravedad de los síntomas, la edad y el historial médico, y prioridades de la mujer para optimizar su calidad de vida a corto y largo plazo ha sido el objetivo de un estudio realizado en la Universidad de Queensland (Australia).
Dirigido por la profesora Gita Mishra, de la Facultad de Medicina de la UQ, y publicado en ´The Lance´, dicho estudio encontró que a las mujeres que se les presenta la menopausia temprana a menudo no pueden acceder a un diagnóstico oportuno y a un tratamiento eficaz y por ello corren un mayor riesgo de padecer enfermedades crónicas, como osteoporosis y enfermedades cardíacas.
Atención más individualizada
El estudio recomienda que, en lugar de aplicar umbrales de edad distintos, la menopausia temprana debería verse en un espectro entre la insuficiencia ovárica prematura (menopausia antes de los 40) y la menopausia a la edad promedio de 50 a 51 años."Recomendamos un enfoque de atención más holístico e individualizado para gestionar la menopausia precoz ", afirmó la prof. Mishra. "Este enfoque podría ser parte de una actitud más amplia hacia la salud reproductiva que idealmente involucre a las personas, especialmente aquellas en riesgo de menopausia precoz, mucho antes de que ocurra", agregó.
El estudio también destacó la necesidad de realizar más investigaciones en las áreas de menopausia precoz e insuficiencia ovárica prematura. "Existen importantes lagunas en la evidencia, particularmente en los países de ingresos medios y bajos, en torno a las causas, los riesgos para la salud asociados y el manejo óptimo de la menopausia precoz ", dijo el profesor Mishra.
Por otra parte, y según la autora principal, la prof. Martha Hickey, de la Universidad de Melbourne, se considera una necesidad urgente poder disponer de más información sobre las necesidades insatisfechas de las personas que atraviesan la menopausia precoz.
"Se debe alentar a los gobiernos a mirar más allá de los programas de salud reproductiva e infantil y considerar las consecuencias del envejecimiento para la salud y el manejo de las condiciones asociadas a la menopausia, incluido el apoyo a la menopausia en el lugar de trabajo", según esta experta.
"Esto crearía conciencia sobre los riesgos a corto y largo plazo de la menopausia precoz y brindaría una oportunidad para una discusión más amplia con los pacientes sobre la salud del corazón y los huesos, y si el uso de terapias hormonales y no hormonales es apropiado para tratar los síntomas vasomotores", concluyó la prof. Mishra.