Las personas tienen seis veces más probabilidades de vivir con obesidad en la mediana edad si ambos padres vivieron con obesidad a esa edad, según una nueva investigación que se presentará en el Congreso Europeo sobre Obesidad (ECO 2024, Venecia, 12-15 de mayo). Tener uno de los padres con obesidad ...
Las personas tienen seis veces más probabilidades de vivir con obesidad en la mediana edad si ambos padres vivieron con obesidad a esa edad, según una nueva investigación que se presentará en el Congreso Europeo sobre Obesidad (ECO 2024, Venecia, 12-15 de mayo). Tener uno de los padres con obesidad triplica las probabilidades.
"Investigaciones anteriores muestran una fuerte asociación entre el estado de obesidad de los padres y de sus hijos, pero pocos estudios han investigado si esta transmisión intergeneracional de la obesidad continúa más allá de la adolescencia y hasta la edad adulta" relata la investigadora principal Mari Mikkelsen, del Departamento de Medicina Comunitaria de la Universidad Ártica UiT de Noruega. "Estábamos interesados en cómo se relaciona el IMC de los padres con el IMC de sus hijos cuando estos ya han entrado en la edad adulta y han vivido fuera de casa durante mucho tiempo".
Para analizar esta cuestión, Mikkelsen y su equipo utilizaron datos del Estudio Tromso, un estudio de salud poblacional en curso. Todas las personas que tenían entre 40 y 59 años cuando participaron en la séptima oleada del Estudio de Tromso (realizada en 2015-2016) y cuyos padres participaron en la cuarta oleada del Estudio de Tromso (1994-1995) cuando tenían entre 40 y 59 años. Se incluyeron 59 años en el análisis, lo que dio como resultado 2.068 tríos de padres e hijos.
El análisis de los datos de altura y peso mostró una fuerte asociación entre el IMC de los padres en la mediana edad (40-59 años) y el de sus hijos de la misma edad. El IMC de los hijos aumentó en 0,8 unidades por cada aumento de 4 unidades (una desviación estándar) en el IMC de la madre y en 0,74 unidades por cada aumento de 3,1 unidades en el IMC del padre.También hubo fuertes vínculos entre el estado de obesidad de los padres en la mediana edad y el de sus hijos a la misma edad.
Cuando ambos padres vivían con obesidad (IMC = 30 kg/m 2 ) en la mediana edad, sus hijos tenían seis veces más probabilidades de vivir con obesidad en la mediana edad que los adultos con ambos padres en el rango de peso normal (IMC 18,5-24,9). kg/m2 ) .Las probabilidades también aumentaron cuando solo uno de los padres vivía con obesidad. Cuando solo la madre vivía con obesidad, la descendencia tenía 3,44 veces más probabilidades de vivir con obesidad. El número correspondiente para los padres fue 3,74.Los resultados se ajustaron por sexo de los hijos y por edad, educación y nivel de actividad física de los padres y los hijos.
Mikkelsen afirma: "A partir de estudios anteriores sabemos que varios factores contribuyen al estado de obesidad compartido entre padres e hijos. Los genes desempeñan un papel importante al afectar nuestra susceptibilidad al aumento de peso e influyen en cómo respondemos a entornos obesogénicos en los que puede ser fácil comer de forma poco saludable".
"La obesidad en la infancia, y especialmente en la adolescencia, tiende a seguir al individuo hasta la edad adulta temprana, por lo que sospechamos que también lo seguiría hasta la mediana edad. Descubrimos que este es efectivamente el caso: los niños cuyos padres vivían con obesidad tienen muchas más probabilidades de vivir con obesidad cuando tienen entre 40 y 50 años, mucho después de haber abandonado el hogar. Nuestros análisis no pueden establecer si esto se debe a los genes o al medio ambiente, pero lo más probable es que estemos ante una combinación de ambos. Cualquiera que sea la explicación, nuestro hallazgo de que la obesidad que se transmite entre generaciones puede persistir hasta la edad adulta subraya la importancia de tratar y prevenir la obesidad, una condición que contribuye significativamente a la mala salud y la muerte prematura".
Asimismo, el trabajo sienta las bases para la investigación de factores que influyen en la transmisión intergeneracional de la obesidad y que pueden abordarse para evitar que la descendencia pase toda su vida afectada por la obesidad.