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Nuevas pistas en el desarrollo de terapias celulares para tumores sólidos

Atacar a dos proteínas asociadas a tumores cerebrales, en lugar de una, con terapia de células CAR-T se muestra prometedora como estrategia para reducir el crecimiento de este tipo de cáncer, según se desprende de un reciente estudio.

14/03/2024

Los tumores sólidos en pacientes con glioblastoma recurrente (GBM), el tipo más común y más agresivo de tumor cerebral canceroso en adultos. Las personas con GBM generalmente esperan vivir entre 12 y 18 meses después de su diagnóstico. A pesar de décadas de investigación, no existe una cura conocida para ...

Los tumores sólidos en pacientes con glioblastoma recurrente (GBM), el tipo más común y más agresivo de tumor cerebral canceroso en adultos. Las personas con GBM generalmente esperan vivir entre 12 y 18 meses después de su diagnóstico. A pesar de décadas de investigación, no existe una cura conocida para el GBM y los tratamientos aprobados, como la cirugía, la radiación y la quimioterapia, tienen un efecto limitado para prolongar la esperanza de vida de un individuo. Sin embargo, incluso después de un tratamiento agresivo, el GBM se replica en la mayoría de los pacientes, lo que se conoce como GBM recurrente, siendo la tasa media de supervivencia, en este caso, de menos de un año.

No obstante, dirigirse a dos proteínas asociadas a tumores cerebrales, en lugar de una, con la terapia de células CAR-T se muestra prometedora como estrategia para reducir el crecimiento de este tipo de tumores, según se desprende de una investigación dirigida por investigadores de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania (Penn Medecine) (EEUU). Los hallazgos, publicados en ´Nature Medecine´ muestran que este enfoque de "doble objetivo" es un paso más hacia el desarrollo de terapias efectivas en este tipo de cánceres.

"Es la primera vez que se administra terapia de células T con CAR con dos objetivos, en lugar de solo uno, a pacientes con glioblastoma", explicó el Dr. Stephen Bagley, profesor asistente de Hematología-Oncología y Neurocirugía e investigador principal en el ensayo clínico. "Nuestros resultados sugieren que este es un paso en la dirección correcta, y este método, cuando se administra a través del líquido cefalorraquídeo del paciente, podría ser la clave para desarrollar terapias que superen los complicados sistemas de defensa del GBM", agregó.

La terapia con células CAR-T utiliza el propio sistema inmunológico del paciente para combatir el cáncer; Las células T de un paciente (los glóbulos blancos que encuentran y combaten enfermedades e infecciones en el cuerpo) se extraen, se reprograman para reconocer proteínas o antígenos característicos de un tipo específico de cáncer y luego se devuelven al cuerpo, donde buscar y destruir estas células cancerosas. La terapia con células CAR-T está aprobada para combatir, principalmente, cánceres de la sangre, como la leucemia , pero hay dificultades para diseñar células que busquen y eliminen con éxito los tumores sólidos, que constituyen la gran mayoría de los tipos de cáncer, incluido el GBM.

El desafío de los tumores sólidos

El desafío con el GBM y otros tumores sólidos es la heterogeneidad del tumor, lo que significa que no todas las células dentro de un tumor GBM son iguales o tienen el mismo antígeno que una célula CAR-T está diseñada para atacar, y el GBM de cada persona es único para ellos, por lo que un tratamiento que funciona para un paciente puede no ser tan eficaz para otro.

"Los tumores GBM pueden evadir el sistema inmunológico del paciente y bloquear las células inmunitarias, tanto las células CAR-T diseñadas como las propias células inmunitarias del paciente, que de otro modo podrían combatir el tumor. Nuestro desafío es lograr que el tratamiento que hemos diseñado supere las defensas del tumor para que podamos matarlo", señaló el Dr. Bagley.

Una preocupación que suscita la terapia con células CAR-T, especialmente cuando se administra al cerebro, es la neurotoxicidad, que se produce cuando una sustancia tóxica altera la actividad del sistema nervioso, pudiendo alterar o, incluso, matar las neuronas. En este caso, y según los investigadores, en los pacientes tratados en este ensayo, la neurotoxicidad fue sustancial pero controlable.

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