En las últimas décadas se ha detectado un sorprendente aumento a nivel mundial de la enfermedad del legionario, una forma atípica de neumonía causada por la bacteria Legionella. En concreto, la incidencia de dicha enfermedad alcanzó cerca de los 10.000 casos en EEUU, mientras en Europa y ciertas zonas de ...
En las últimas décadas se ha detectado un sorprendente aumento a nivel mundial de la enfermedad del legionario, una forma atípica de neumonía causada por la bacteria Legionella. En concreto, la incidencia de dicha enfermedad alcanzó cerca de los 10.000 casos en EEUU, mientras en Europa y ciertas zonas de Canadá, los registros muestran aumentos similares, con casos de cinco a siete veces mayores.
Las fuentes de Legionella, que pueden multiplicarse en los sistemas de agua de los edificios y propagarse por el aire, son bien conocidas, al igual que las tendencias estacionales que afectan a la bacteria y representan un riesgo para la salud pública. Sin embargo, el aumento global de casos ha sorprendido a la comunidad científica. Es por ello que investigadores de de la Universidad de Albany de Nueva York (EEUU) han llevado a cabo un estudio para comprender mejor cómo las condiciones ambientales cambiantes influyen en la proliferación de Legionella, y poder así mitigar este importante riesgo para la salud pública.
Legionella resistente
Durante el último medio siglo, gracias a la legislación establecida para reducir las emisiones de dióxido de azufre, los niveles de pH en la atmósfera han aumentado, con importantes beneficios para la salud humana y ambiental. Sin embargo, con menos dióxido de azufre en la atmósfera, las gotas de agua emitidas por las torres de enfriamiento y otros sistemas de agua son menos ácidas, lo que facilita que la Legionella resistente sobreviva, se transmita por el aire y siga siendo viable a medida que se propaga.
El equipo examinó los efectos del dióxido de azufre atmosférico y las torres de enfriamiento en el número de casos de enfermedad del legionario. De 1992 a 2019, los casos aumentaron a un ritmo similar al de disminución de la concentración de dióxido de azufre. Con datos geoetiquetados de la base de datos de torres de enfriamiento registradas en el estado de Nueva York, el equipo comparó los números de casos con las ubicaciones de las torres de enfriamiento y encontró tendencias que vinculan la proximidad de las torres de enfriamiento y la incidencia de enfermedades.
En el estudio, publicado en la revista ´Proceedings of the National Academy of Sciences Nexus´ se indica que las comunidades ubicadas hasta 7,3 kilómetros de una torre de enfriamiento tenían un riesgo significativamente mayor de hospitalizaciones por enfermedad del legionario. Este rango ha ido aumentando durante los últimos 20 años a medida que disminuyeron los niveles de SO2 , lo que posiblemente prolongó la supervivencia de Legionella en el aire.
"El riesgo de hospitalización por enfermedad del legionario aumenta a medida que hay más proximidad a una torre de enfriamiento. Aquí demostramos que el rango promedio de riesgo elevado se extiende a 7,3 km desde una torre de enfriamiento; este rango ha ido aumentando en las últimas dos décadas", explicó Arshad A. Nair, asociado postdoctoral en el Centro de Investigación de Ciencias Atmosféricas de UAlbany.
"La calidad del aire y las condiciones ambientales pueden tener asociaciones complejas con otras enfermedades (incluidas enfermedades cardiovasculares y respiratorias, trastornos neurológicos y complicaciones perinatales), especialmente con el cambio climático y las composiciones químicas atmosféricas. Se necesita más investigación para elaborar recomendaciones de políticas específicas para abordar este problema", concluyó Shao Lin, profesor y presidente del Departamento de Ciencias de Salud Ambiental de la Facultad de Salud Pública de la UAlbany.