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"Todavía existen numerosas patologías que causan Baja Visión que no tienen una cura definitiva"

El óptico optometrista vigués Adrián Pérez Baladrón fue ponente en el Congreso Latinoamericano de Baja Visión que se celebró en Buenos Aires el pasado mes de diciembre 

28/03/2024

El universo de la salud visual encierra uno de los problemas de visión más importantes de la actualidad y, a la vez, menos conocidos, la Baja Visión. Según explica el Colexio Oficial de Ópticos Optometristas de Galicia, se trata de una pérdida importante de la capacidad o del campo visual ...

El universo de la salud visual encierra uno de los problemas de visión más importantes de la actualidad y, a la vez, menos conocidos, la Baja Visión. Según explica el Colexio Oficial de Ópticos Optometristas de Galicia, se trata de una pérdida importante de la capacidad o del campo visual que no se puede corregir con gafas, lentes de contacto, cirugía o con tratamientos farmacológicos.

El Colexio gallego señala que esta discapacidad visual acarrea grandes dificultades para realizar tareas cotidianas a las personas que la padecen. Además de su carácter irreversible, el Colexio destaca que la Baja Visión se distingue por ocasionar diferentes grados de pérdida visual, dando lugar a una agudeza visual inferior al 30% de visión y/o limitar el campo visual por debajo de los 20º.

Según los últimos datos que maneja el Colexio, más de 135 millones de personas sufren Baja Visión en el mundo, ascendiendo esta cifra a 20 millones de personas en Europa, cerca de 2 millones en España, y registrándose un porcentaje del 2,8 % de personas con Baja Visión en Galicia (fuente INE). El Colexio, haciendo referencia a estudios de diferentes expertos, estima que el número de afectados podría triplicarse antes del 2050 debido a patologías derivadas de una alta miopía, la ya considerada pandemia del siglo XXI que afecta actualmente a siete de cada diez jóvenes en España. Por tanto, la Baja Visión es un tema del presente y del futuro, que debe ser investigado por los ópticos optometristas, los expertos de la visión que deben mantener actualizados en todo momento sus conocimientos sobre esta discapacidad visual.

El óptico optometrista Adrián Pérez Baladrón (Vigo, 1989), especialista en Baja Visión y profesor asociado de la Universidade de Santiago de Compostela (USC), participó el pasado año en dos grandes eventos relacionados con la Baja Visión que sirvieron para actualizar conocimientos y compartir novedades entre los profesionales asistentes. Fueron las VII Jornadas de Baja Visión de la Sociead Española de Especialistas en Baja Visión, que se celebraron en octubre en Zaragoza; y el Congreso Latinoamericano de Baja Visión que tuvo lugar entre el 7 y el 10 de diciembre en Buenos Aires (Argentina).

"Aunque los avances médicos están siendo notorios a lo largo de los últimos años, todavía existen numerosas patologías que causan Baja Visión que no tienen una cura definitiva, como puede ser la degeneración macular asociada a la edad, el glaucoma o la retinosis pigmentaria. También sabemos que la mayoría de estas enfermedades tienen lugar en personas mayores y, como la esperanza de vida va en aumento, se prevé que haya cada vez más casos", explica Pérez Baladrón.

En su participación como ponente en el Congreso Latinoamericano de Baja Visión de 2023, Adrián Pérez impartió tres conferencias. Ofreció un curso de formación para profesionales que se están iniciando en la atención de este tipo de pacientes. Impartió una conferencia en la que habló de la rehabilitación en pacientes que tienen un defecto de campo periférico, es decir, que sufren glaucoma, retinosis pigmentaria o hemianopsias. Finalmente, dio una ponencia sobre las aplicaciones móviles y los últimos dispositivos tecnológicos que existen en la actualidad para pacientes con discapacidad visual.

Para realizar su ponencia sobre Apps, Baladrón contactó con diferentes asociaciones de pacientes con Baja Visión y con sus propios pacientes para preguntarles directamente qué aplicaciones les eran más útiles, y sus pros y contras. Tras su investigación, el optometrista concluyó que las Apps más utilizadas son las integradas en el teléfono –Siri, Google Asistente, Voice Over, Talk Back–, además de SEEING AI, Be My Eyes, Prizmo Go, Lazarillo, Moovit, Around me y Navilens. También muchos de los pacientes le dijeron que echaban en falta una App para cuando se dirigen a realizar gestiones en las administraciones públicas, por ejemplo, cuando van al médico y su turno sale en una pantalla que no pueden leer. "La tecnología avanza constantemente a pasos agigantados y en los últimos años se han desarrollado dispositivos y aplicaciones electrónicas para mejorar la calidad de vida de los pacientes con Baja Visión. Los ópticos optometristas debemos seguir el ritmo para ayudar de la mejor manera posible a quién sufre un problema de Baja Visión", asegura Pérez.

Diferencias entre países, tanto en patologías más prevalentes, como del material disponible, o incluso en cuanto a las propias competencias del optometrista

"La experiencia fue muy enriquecedora. Ha sido una gran oportunidad para aprender de grandes profesionales y compañeros de diversos países, con formas diferentes de trabajar en Baja Visión. Cada país presenta grandes diferencias, tanto en patologías más prevalentes, como del material disponible, o incluso las propias competencias del optometrista son diferentes. Además, en este congreso no solo participaron optometristas, sino también educadores escolares, rehabilitadores, oftalmólogos e incluso pacientes, lo que hizo todavía más enriquecedor el aprendizaje, mostrando diferentes puntos de vista y de abordaje del paciente", señala Baladrón. Hablando de las diferencias entre países, el especialista explica que, en Argentina, el optometrista todavía no tiende dentro de sus competencias el poder graduar, mientras que el optometrista colombiano puede utilizar ciclopléjico para dilatar la pupila o tratamientos de segmento anterior.

"Creo que en España vamos por el buen camino y con el trabajo y la profesionalidad de todos, la profesión seguirá creciendo y mejorando. La ventaja que observo frente a Latinoamérica es que aquí las novedades llegan antes y tenemos mayor accesibilidad a ellas. Al otro lado del charco es muy costoso, tanto en la posibilidad de conseguir ciertas ayudas visuales como en su precio", continúa Adrián Pérez.

Como conclusión de su paso por el simposio, Adrián Pérez destaca que todos los asistentes tenían en mente que lo más importante debe ser siempre el paciente, desde un punto de vista preventivo, hasta el mejor acompañamiento durante la evolución de la patología. "El objetivo debe ser siempre intentar reducir el número de pacientes con casos de ceguera evitable, prevenir para controlar ciertos factores de riesgo que pueden potenciar la aparición de patologías sin cura definitiva, y dar el mejor servicio a quien padece una de estas patologías para mejorar su calidad de vida y también la de quienes los rodean", expone el óptico optometrista. 

Un equipo multidisciplinar para atender a los pacientes y mejorar su autonomía, estado anímico y funcional

Adrián Pérez explica que padecer una discapacidad visual supone presentar ciertas dificultades o impedimentos para realizar tareas cotidianas del día a día, "actividades profesionales o hobbies que son imprescindibles para ser felices, como son leer, coser, ver la televisión, ver las caras de las personas, las fechas de caducidad de los productos en el supermercado…".

El experto indica que estos pacientes deben recibir una atención multidisciplinar para intentar mejorar su calidad de vida, ofrecida por un equipo en el que deben figurar un oftalmólogo, encargado del tratamiento médico de la enfermedad (cirugías, gotas o inyecciones) y, por supuesto, un óptico optometrista que tratará de subsanar las consecuencias de dicha patología e intentar que el paciente pueda leer, volver a ver la televisión o las caras de las personas. Además, añade que sería bueno que interviniesen otros profesionales, como psicólogos o terapeutas ocupacionales, todo para intentar mejorar la autonomía, el estado anímico y funcional del paciente.

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