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Asocian autismo y TDAH con alteraciones de la microbiota desde edades tempranas

Ciertos factores que afectan a las bacterias intestinales, como el tratamiento con antibióticos durante el primer año de vida del niño podría tener relación con un mayor riesgo de problemas de desarrollo neurológico, según recientes investigaciones. A ello también podría contribuir el hábito tabáquico de los padres, mientras la lactancia materna sigue considerándose, también en estos casos, un factor protector.

04/04/2024

Las bacterias intestinales desempeñan un papel importante en el metabolismo, la salud gastrointestinal, la salud neurológica y la función inmunológica, sin embargo, la conexión entre la microbiota intestinal temprana y la cognición sigue siendo poco conocida. Ahora, un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Florida (EEUU) y la Universidad ...

Las bacterias intestinales desempeñan un papel importante en el metabolismo, la salud gastrointestinal, la salud neurológica y la función inmunológica, sin embargo, la conexión entre la microbiota intestinal temprana y la cognición sigue siendo poco conocida. Ahora, un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Florida (EEUU) y la Universidad de Linköping (Suecia), publicado en la revista ´Cell´, parece haber hallado una diversidad de marcadores biológicos que podrían estar asociados con futuros problemas del desarrollo neurológico, como el trastorno del espectro autista, el TDAH, el trastorno de la comunicación y la discapacidad intelectual. 

Este trabajo es el primer estudio prospectivo que examina la composición de la flora intestinal y una gran variedad de otros factores en los bebés, en relación con el desarrollo del sistema nervioso de los niños. "El aspecto notable del trabajo es que estos biomarcadores se encuentran al nacer en la sangre del cordón umbilical o en las heces del niño al año de edad, más de una década antes del diagnóstico", destacó Eric W Triplett, profesor del Departamento de Microbiología y Tecnología Celular. Science de la Universidad de Florida, EE.UU., y uno de los investigadores que dirigió el estudio.

Para el estudio se siguieron a más de 16.000 niños nacidos entre 1997 y 1999, que representan la población general, desde su nacimiento hasta los 20 años. De ellos, 1.197 niños, lo que corresponde al 7,3 por ciento, han sido diagnosticados con trastorno del espectro autista, TDAH, trastorno de la comunicación o discapacidad intelectual. Se han identificado una gran cantidad de factores ambientales y de estilo de vida a través de encuestas realizadas en varias ocasiones durante la crianza de los niños. Para algunos de los niños, los investigadores analizaron sustancias en la sangre del cordón umbilical y bacterias en las heces cuando tenían un año de edad.

El estudio demuestra que existen diferencias claras en la flora intestinal ya durante el primer año de vida entre quienes desarrollan autismo o TDAH y quienes no. "Hemos encontrado asociaciones con algunos factores que afectan a las bacterias intestinales, como el tratamiento con antibióticos durante el primer año del niño, que está relacionado con un mayor riesgo de estas enfermedades", indicó, por su parte, Johnny Ludvigsson, profesor principal del Departamento de Ciencias Biomédicas y Clínicas de Universidad de Linköping, que dirigió el estudio junto con Eric W. Triplett.

Vínculo con antibióticos

Por otra parte, los investigadores sospechan de un vínculo con el tratamiento con antibióticos. Una posible explicación puede ser que el tratamiento con antibióticos haya alterado la composición de la flora intestinal de una manera que contribuya a los trastornos del desarrollo neurológico.

"En general, observamos déficits en estas bacterias en niños que luego recibieron un diagnóstico neurológico del desarrollo", según Angelica Ahrens, científica asistente en el grupo de investigación de Eric Triplett en la Universidad de Florida y primera autora de este estudio.

Otro dato del estudio también confirma que el riesgo de diagnóstico neurológico del desarrollo en el niño aumenta si los padres son fumadores. Por el contrario, se observó que la lactancia materna tiene un efecto protector.

Actualmente, la investigación se encuentra en una etapa temprana y se necesitan más estudios, pero el descubrimiento de que muchos biomarcadores de futuros trastornos neurológicos del desarrollo pueden observarse a una edad temprana abre la posibilidad de desarrollar protocolos de detección y medidas preventivas a largo plazo.

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