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Hallan un nexo de unión entre una mala alimentación y un mayor riesgo de cáncer

La reprogramación metabólica de células precancerosas y malignas en diferentes tejidos durante la evolución y progresión del cáncer a menudo se caracteriza por un cambio hacia el metabolismo glucolítico, de ahí la necesidad de estudios que evidencien si los trastornos metabólicos o la mala alimentación pueden inducir a un mayor riesgo de cáncer.

15/04/2024

La glucólisis, una vía fundamental para el metabolismo energético, es una característica emergente del cáncer. Las células cancerosas suelen depender de la glucólisis aeróbica, bien para adaptarse a las demandas metabólicas de la síntesis de macromoléculas para la proliferación celular o en respuesta a otros estímulos. De hecho, la reprogramación metabólica ...

La glucólisis, una vía fundamental para el metabolismo energético, es una característica emergente del cáncer. Las células cancerosas suelen depender de la glucólisis aeróbica, bien para adaptarse a las demandas metabólicas de la síntesis de macromoléculas para la proliferación celular o en respuesta a otros estímulos. De hecho, la reprogramación metabólica de células precancerosas y malignas en diferentes tejidos durante la evolución y progresión del cáncer a menudo se caracteriza por un cambio hacia el metabolismo glucolítico. Al respecto, un estudio de la Universidad Nacional de Singapur (NUS) ha demostrado que el metilglioxal (MGO), un producto de la glucólisis puede causar fallos en el  ADN y, en consecuencia, señales de advertencia temprana del desarrollo del cáncer.   

El equipo de investigación, dirigido por el prof. Venkitaraman, director del Instituto de Ciencias del Cáncer de Singapur (CSI Singapur) estudió a pacientes que tienen un alto riesgo de desarrollar cáncer de mama o de ovario, al considerar que heredan una copia defectuosa del gen del cáncer ( BRCA2 ) de sus padres. Demostraron que las células de estos pacientes eran particularmente sensibles a los efectos del metilglioxal. 

"Nuestra investigación sugiere que los pacientes con niveles elevados de metilglioxal pueden tener un mayor riesgo de cáncer. El metilglioxal se puede detectar fácilmente mediante un análisis de sangre para HbA1C, que podría usarse como marcador. Además, los niveles elevados de metilglioxal generalmente se pueden controlar con medicamentos y una buena dieta, lo que crea vías para tomar medidas proactivas contra la aparición del cáncer", explicó, al respecto, el prof. Venkitaraman.

El metilglioxal, según el equipo de NUS, puede inactivar temporalmente los genes que previenen el cáncer, lo que sugiere que los episodios repetidos de mala alimentación o diabetes no controlada pueden "acumularse" con el tiempo y aumentar el riesgo de cáncer.

"Hemos encontrado un mecanismo más profundo que vincula una vía de consumo de energía esencial con el desarrollo del cáncer. Estos hallazgos crean conciencia sobre el impacto de la dieta y el control del peso en el manejo de los riesgos de cáncer", afirmó, por su parte, el Dr. Li Ren Kongprimer autor del estudio.

El estudio, cuyos resultados han sido publicados en la revista ´Cell´, también sugirió que las personas que no heredan una copia defectuosa de BRCA2 pero que podrían experimentar niveles de metilglioxal más altos de lo normal, como los pacientes con diabetes o prediabetes, que están relacionados con la obesidad o una mala alimentación, pueden acumular cantidades similares. Sin duda, son señales de advertencia que indican un mayor riesgo de desarrollar cáncer. 

Es probable que estos nuevos conocimientos influyan en cambiar la dirección de futuras investigaciones en esta área. Además, los investigadores pretenden realizar más estudios para comprender si los trastornos metabólicos, como la diabetes o la mala alimentación, afectan el riesgo de cáncer. El equipo de investigación también espera identificar nuevos mecanismos que subyacen a la conexión entre el metabolismo, la dieta y el cáncer que han descubierto, para desarrollar enfoques más eficaces para prevenir o retrasar la aparición del cáncer. "Aún no está muy claro cómo estos factores ambientales aumentan el riesgo de cáncer, pero es vital comprender la conexión si queremos tomar medidas preventivas que nos ayuden a mantenernos saludables por más tiempo", concluyó el profesor Venkitaraman.

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