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Los alimentos con vitamina C ayudan a aliviar las reacciones alérgicas

La manzana, el ajo y la cebolla o el jengibre son algunos de los alimentos aconsejables para la prevención de alergias.

16/04/2024

Los alimentos con vitamina C, ácido fólico y nutrientes con propiedades antiinflamatorias "ayudan a aliviar las reacciones alérgicas", según explica la experta en Medicina General del centro médico MGC Mutua, la doctora Nuria Paredes, con motivo de la llegada de la primavera, y consigo, las etapas de mayor polinización. Según la ...

Los alimentos con vitamina C, ácido fólico y nutrientes con propiedades antiinflamatorias "ayudan a aliviar las reacciones alérgicas", según explica la experta en Medicina General del centro médico MGC Mutua, la doctora Nuria Paredes, con motivo de la llegada de la primavera, y consigo, las etapas de mayor polinización.

Según la doctora Paredes, "las alergias ocurren cuando el sistema inmunitario reacciona de manera exagerada ante una sustancia extraña, como puede ser el polvo, el polen, el veneno de las abejas o el pelo de las mascotas", así como "al ingerir ciertos alimentos, como los cacahuetes, el melocotón, el huevo, etc.".

En concreto, la manzana (con quercetina, un flavonoide que ayuda a fortalecer el sistema inmunológico), el ajo y la cebolla (con propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y vitaminas que ayudan a prevenir el envejecimiento celular), o el jengibre, son algunos de los alimentos aconsejables para la prevención de alergias.

En este sentido, la experta subraya que "una de las medidas más importantes es cuidar el sistema inmunológico y esto se consigue siguiendo una dieta saludable y equilibrada, rica en alimentos que cuiden, protejan y lo fortalezcan".

"Además, es muy importante realizar ejercicio físico frecuentemente, controlar el nivel de estrés diario y evitar fumar y beber alcohol", añade la doctora Paredes, quien distingue tres tipos de prevención.

Prevención primaria, secundaria y terciaria

La experta en Medicina General determina, en primer lugar, la prevención primaria, recomendada a personas sin síntomas alérgicos, pero con riesgo para desarrollar alergias, entre los que se encuentran familiares de pacientes con antecedentes de alergia, niños con alguna enfermedad congénita o adquirida, u otros que tienen síntomas de dermatitis atópica, asma y rinoconjuntivitis con estudio de alergia negativo. Al tratarse de pacientes difíciles de identificar, las medidas de prevención serán diferentes para cada caso.

La prevención secundaria, por otro lado, se lleva a cabo en personas con pruebas de alergia positivas, pero que no han experimentado síntomas. Se realiza para evitar que los síntomas se desarrollen y, en el caso de alergia a ciertos alimentos, por ejemplo, es habitual recomendar que el paciente, a pesar de la sensibilización, consuma el alimento si lo está tolerando bien y no le genera ningún síntoma o malestar.

Sin embargo, en materiales como el látex, a pesar de que el paciente lo tolere, no se recomienda exponerse a este material, puesto que es probable que termine desarrollando síntomas.

Por último, la prevención terciaria se realiza en aquellas personas que ya han tenido síntomas alérgicos para evitar que vuelvan a tenerlos o para intentar que sean más leves. Este grupo es el más fácilmente identificable y puede llevarse a cabo evitando el alérgeno y, cuando sea necesario, con un tratamiento farmacológico (medicación preventiva y/o inmunoterapia).

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