En el marco de la Jornada Actualización de Anomalías Vasculares en la Infancia, organizada por Pierre Fabre Laboratorios en el CaixaForum de Zaragoza, se presentará una actualización del protocolo de tratamiento del hemangioma infantil, que ayuda a decidir qué niños con hemangioma infantil, uno de los tumores vasculares más frecuentes en la niñez, necesitan tratamiento. Este protocolo ha sido desarrollado por la Unidad de Anomalías y Malformaciones Vasculares Infantiles del Hospital Universitario Miguel Servet, unidad referente en esta patología en todo Aragón e incluso en otras provincias limítrofes, como Soria o La Rioja.

Se calcula que esta enfermedad afecta a entre el 8% y el 10% de los recién nacidos, especialmente a las niñas, y, aunque en la mayoría de los casos son tumores benignos, un 10% pueden necesitar tratamiento médico, especialmente cuando se producen sangrados, úlceras, deformidad facial o hay algún órgano cuya funcionalidad se ve comprometida.

"Los hemangiomas infantiles pueden variar en tamaño y apariencia. Al principio pueden aparecer unos vasitos en la piel que van cambiando a manchas planas rojas que, posteriormente, se pueden sobreelevar. Generalmente a partir de los 2 años de vida comienzan a desaparecer, proceso que puede llevar hasta los 10 años y, pese a que no suelen causar problemas médicos, algunos necesitan ser tratados y de forma precoz", explica la Dra. Yolanda Gilaberte, jefa de Servicio de Dermatología y coordinadora del Comité de Anomalías Vasculares Infantiles del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza y presidenta de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

Desde el año 2008 el tratamiento de elección de estos pacientes es el propranolol oral ya que ha demostrado que mejora el pronóstico de los afectados, si bien su dosificación y administración deben seguir unas pautas muy concretas.

Precisamente por la importancia que tiene tratar adecuadamente, y a tiempo, a estos pacientes se ha puesto en marcha un protocolo, dirigido a pediatras y dermatólogos, que establece qué casos deben recibir esta terapia gracias a que ayuda a reconocer precozmente los síntomas y derivar al paciente a las unidades multidisciplinares especializadas.

La derivación es crucial para el pronóstico y evolución

"Este trabajo conlleva un inicio muy precoz del tratamiento, desde la quinta semana de vida, ya que la precocidad en el inicio de la terapia es el marcador que más claramente beneficia el pronóstico de estos pacientes", asegura la Dra. Carmen Ruiz de la Cuesta, pediatra del Hospital Miguel Servet de Zaragoza.

Además, el protocolo señala la necesidad de que los bebés realicen la primera toma del medicamento de forma monitorizada en el hospital infantil y, una vez comprobado que no hay ningún problema y que los familiares conocen la forma y dosis de administración, regresen a su domicilio a seguir con la terapia y se les realice el seguimiento estrecho en la consulta de anomalías vasculares pediátrica del hospital.

En este sentido, la doctora Ruiz de la Cuesta subraya la importancia que tiene la creación de unidades de trabajo multidisciplinares especializadas en los hemangiomas infantiles porque permite tratar adecuadamente a los pacientes, así como mejorar el diagnóstico precoz y, por ende, su calidad de vida.

"El momento de derivación del lactante afectado con hemangioma puede ser crucial para su pronóstico y evolución. Pierre Fabre tiene el compromiso de mejorar el abordaje de esta patología infantil, por lo que es primordial involucrarnos con iniciativas que fomenten los protocolos o consensos nacionales. Además, es clave concienciar a las familias sobre la importancia de consultar rápidamente en el caso que detecten una anomalía vascular que pudiera ser compatible con un hemangioma", recalca la Dra. Ariana Cornet, Medical Advisor de Phama Care de Pierre Fabre.