El objetivo de la Cobertura sanitaria Universal (CSU) es garantizar que toda la población reciban los servicios de salud necesarios sin afrontar dificultades financieras. Se trata de considerar la salud como una inversión y no como un gasto. Así lo percibe el Banco Mundial (BM) que ha anunciado la puesta ...
El objetivo de la Cobertura sanitaria Universal (CSU) es garantizar que toda la población reciban los servicios de salud necesarios sin afrontar dificultades financieras. Se trata de considerar la salud como una inversión y no como un gasto. Así lo percibe el Banco Mundial (BM) que ha anunciado la puesta en marcha de una nueva estrategia para ayudar a los países a brindar servicios de salud asequibles y de calidad.
Según cálculos del BM alrededor de 2.000 millones de personas se enfrentan, actualmente, a graves dificultades financieras a la hora de acceder a los servicios de salud. Los desafíos entrelazados, como el cambio climático, las pandemias, los conflictos, el envejecimiento de la sociedad y un déficit proyectado de 10 millones de trabajadores de la salud para 2030, exacerban el ciclo de pobreza y desigualdad, desde su punto de vista.
El Banco Mundial aspira, por tanto, a llegar a beneficiar a 1.500 millones de personas para 2030, centrándose en tres elementos: ampliar el enfoque de la salud maternoinfantil para incluir la cobertura durante toda la vida de una persona, incluidas las enfermedades no transmisibles; extender las operaciones a zonas de difícil acceso, incluidas aldeas, ciudades y países remotos; y trabajar con los gobiernos para reducir costes innecesarios y otras barreras financieras en la atención médica.
Tendencias actuales bajo el prisma del BM
El panorama sanitario identificado por el Banco Mundial pasa por una serie de parámetros, resumidos en que el cambio climático puede empujar a unos 132 millones de personas a la pobreza extrema de aquí a 2030, aproximadamente un tercio de ellas debido a riesgos sanitarios relacionados con el clima.
Asimismo, podrían perderse al menos 21 millones más de vidas debido a enfermedades infecciosas inducidas por el clima, mala nutrición y enfermedades relacionadas con el calor.
Augura que otra pandemia respiratoria podría cobrarse al menos 10 millones de vidas en la próxima década.
Por otra parte, el rápido envejecimiento de la población mundial está provocando un aumento de las enfermedades no transmisibles y, con ellas, un incremento de los costes sanitarios.
Finalmente, las previsiones apuntan a un déficit de 10 millones de trabajadores sanitarios de aquí a 2030, con la mayor brecha en los países más pobres.
"Ofrecer un nivel básico de atención a las personas a lo largo de su vida es fundamental para el desarrollo. Esta necesidad no se hará realidad con un esfuerzo en solitario. Requerirá socios, una coalición del sector público y privado, que trabajen juntos para ampliar el acceso a los servicios de atención médica", afirmó el presidente del Grupo del Banco Mundial, Ajay Banga.
Para abordar este desafío, el Grupo del Banco Mundial tiene intención de combinar financiación, conocimientos y alianzas. En este sentido, ha acogido con satisfacción el anuncio de Japón de lanzar un Centro de Conocimiento sobre Cobertura Universal de Salud (CSU) para mejorar la capacidad de los ministerios de salud y finanzas, una iniciativa respaldada tanto por el BM como por la Organización Mundial de la Salud.
"Todos los elementos de las capacidades financieras del Banco están en condiciones de ser utilizados según las necesidades específicas de cada país y su etapa de desarrollo para llegar a 1.500 millones de personas", según se ha señalado desde dicha entidad.