Hay evidencia de que el agua potable se ha convertido en uno de los hábitats donde proliferan los microplásticos, sin embargo, los vínculos de estos materiales con la salud humana siguen siendo confusos, debido, en gran parte, a la escasa comprensión que todavía se tiene sobre su presencia y distribución en ...
Hay evidencia de que el agua potable se ha convertido en uno de los hábitats donde proliferan los microplásticos, sin embargo, los vínculos de estos materiales con la salud humana siguen siendo confusos, debido, en gran parte, a la escasa comprensión que todavía se tiene sobre su presencia y distribución en los suministros de agua.
Los polímeros encontrados con mayor frecuencia en el agua potable parecieron ser el polietileno, el tereftalato de polietileno, los poliésteres distintos del PET y el polipropileno
Si bien la legislación europea sobre agua potable proporciona herramientas legales para introducir en toda la Unión Europea la medición y el seguimiento de este tipo de contaminantes emergentes, la Directiva refundida sobre el agua potable , la principal ley de la UE sobre el agua potable, cubre tanto el acceso como la calidad del agua destinada al consumo humano para proteger la salud humana. Dicha directiva faculta a la Comisión para establecer una metodología para medir los microplásticos en el agua potable.
Sin embargo, medir los microplásticos sigue siendo un desafío porque varían enormemente en tamaño, forma, composición e identidad química, lo que complica los esfuerzos para evaluar su presencia con precisión. Es por ello que el Centro Común de Investigación (JRC, por sus siglas en inglés)), que engloba el servicio de ciencia y conocimiento de la Comisión Europea ha diseñado una metodología que representa un enfoque uniforme para el muestreo, el análisis y la presentación de datos.
Con ello, se espera que la obtención de datos más coherentes e intercomparables suponga un primer e importante paso hacia el establecimiento de una mejor calidad del agua potable europea.