Un estudio dirigido por investigadores del Hospital Brigham and Women´s (EEUU) desvela que la frecuencia cardíaca puede ser una herramienta útil para determinar dónde estimular el cerebro de las personas con trastornos depresivos cuando no se dispone de escáneres cerebrales. El estudio, publicado en ´Nature Mental Health´, sugiere la existencia de ...
Un estudio dirigido por investigadores del Hospital Brigham and Women´s (EEUU) desvela que la frecuencia cardíaca puede ser una herramienta útil para determinar dónde estimular el cerebro de las personas con trastornos depresivos cuando no se dispone de escáneres cerebrales.
El estudio, publicado en ´Nature Mental Health´, sugiere la existencia de una red cerebral común entre la desaceleración del ritmo cardiaco y la depresión. Mediante la evaluación de los datos de 14 personas sin síntomas de depresión, el equipo descubrió que la estimulación de algunas partes del cerebro relacionadas con la depresión mediante estimulación magnética transcraneal (EMT) también afectaba a la frecuencia cardiaca, lo que indican que los médicos podrían centrarse en esas zonas sin necesidad de utilizar escáneres cerebrales, que no están muy extendidos.
"Nuestro objetivo era averiguar cómo aprovechar el tratamiento con EMT de forma más eficaz y dosificarla correctamente, ralentizando selectivamente el ritmo cardiaco e identificando el mejor punto del cerebro para estimularlo", ha explicado el autor principal del estudio y miembro del Departamento de Psiquiatría del Brigham y del Centro de Terapéutica de Circuitos Cerebrales, Shan Siddiqi.
El experto ha detallado que la idea surgió durante un congreso celebrado en Croacia en el que investigadores holandeses presentaron datos sobre el acoplamiento corazón-cerebro. "Demostraron que la EMT no sólo puede reducir transitoriamente la frecuencia cardiaca, sino que también es importante dónde se estimula", ha manifestado Siddiqi, quien ha añadido que lo más emocionante del estudio es la posibilidad de facilitar al resto del mundo el acceso a este tratamiento de precisión contra la depresión.
"Tenemos muchas cosas que podemos hacer con la tecnología avanzada disponible aquí en Boston para ayudar a las personas con sus síntomas. Pero algunas de esas cosas antes no podían llegar fácilmente al resto del mundo", ha matizado.
Siddiqi colaboró con sus colegas del Centro de Terapéutica de Circuitos Cerebrales del Brigham y con la autora principal, Eva Dijkstra, para completar el estudio. Dijkstra es candidata al doctorado y vino al Brigham desde los Países Bajos para combinar su trabajo sobre el acoplamiento corazón-cerebro con el del equipo del CBCT sobre circuitos cerebrales.
ANALIZARON EL CEREBRO DE 14 PERSONAS CON DEPRESIÓN
Los investigadores analizaron las resonancias magnéticas funcionales de 14 personas e identificaron puntos en sus cerebros que se creía que eran objetivos óptimos para la depresión basándose en estudios previos sobre conectividad y depresión. A cada participante se le identificaron 10 puntos en el cerebro, tanto óptimos (áreas conectadas) como no óptimos para el tratamiento de la depresión. A continuación, los investigadores observaron qué sucedía con la frecuencia cardiaca cuando estimulaban cada punto.
"Queríamos ver si se producía un mayor acoplamiento corazón-cerebro en las zonas conectadas. En 12 de los 14 conjuntos de datos utilizables, descubrimos que tendríamos una precisión muy alta para definir un área conectada con sólo medir la frecuencia cardiaca durante la estimulación cerebral", ha señalado Dijkstra.
La investigadora ha asegurado que el hallazgo podría ayudar tanto a individualizar la terapia TMS para el tratamiento de la depresión, eligiendo un punto de tratamiento personalizado en el cerebro, como a hacerla más accesible, ya que no sería necesario realizar previamente una resonancia magnética.
Según Siddiqi, los resultados de este estudio también podrían servir para desarrollar tratamientos que, con el tiempo, podrían ser útiles para cardiólogos y médicos de urgencias en un entorno clínico.