El cáncer de testículo se ha convertido en un modelo de enfermedad oncológica curable, con tasas de curación que alcanzan el 95% con quimioterapia gracias al desarrollo de esquemas de combinación basados en cisplatino. Por ello, en el momento actual se están dirigiendo los esfuerzos a una mejor caracterización de ...
El cáncer de testículo se ha convertido en un modelo de enfermedad oncológica curable, con tasas de curación que alcanzan el 95% con quimioterapia gracias al desarrollo de esquemas de combinación basados en cisplatino. Por ello, en el momento actual se están dirigiendo los esfuerzos a una mejor caracterización de los tumores germinales, en particular los tumores resistentes a cisplatino.
En el marco de la campaña de comunicación En Oncología cada AVANCE se escribe en Mayúsculas, SEOM da a conocer la evolución y los avances médicos que se han sucedido en estas últimas décadas en el tratamiento de los diferentes tumores, en este caso, del cáncer de testículo, coincidiendo con el mes de la concienciación de este tumor que se celebra durante todo el mes de abril.
Los estudios de secuenciación de última generación (NGS) han puesto de manifiesto que los tumores germinales tienen una de las tasas más bajas de mutaciones en Oncología, si bien se han descrito mutaciones diana pendientes de ser exploradas. P53 y MDM2 aparecen como los principales genes mutados en tumores germinales refractarios a platino, en particular en los tumores mediastínicos primarios.
El Atlas del Genoma del Cáncer (TCGA), que analizó 137 tumores testiculares, ha demostrado diferentes mutaciones entre los distintos subtipos de tumores testiculares (p.ej. alteraciones en los genes CAPN7, FAT4, GRK1 solo se producen en el carcinoma embrionario, mientras que otras como KIT y NRAS solo se observan en los seminomas).
El cáncer de testículo es el tumor más frecuente en varones con menos de 35 años, tiene una incidencia anual en España de 1.549 casos y una prevalencia a cinco años muy alta, con 6.236 casos.
Paradigma de tumor curable
En la segunda mitad del siglo XX, el cáncer germinal de testículo se convirtió en el paradigma de tumor metastásico curable con quimioterapia. En 1956, se descubre el primer tratamiento quimioterápico eficaz para el tratamiento del coriocarcinoma. Este hito dio lugar al tratamiento actual de la enfermedad trofoblástica gestacional y salva miles de vidas todos los años, pero no es hasta 1976 cuando el cáncer de testículo se convierte en un modelo de enfermedad curable. La introducción del tratamiento con cisplatino y el desarrollo de esquemas de combinación aumentaron las tasas de curación de un 10% a un 60%. Posteriormente, el desarrollo de los esquemas actuales, mejor tolerados, consigue tasas de curación del 90% en enfermedad metastásica.
Durante la década de los `80, debido a su extraordinaria sensibilidad al tratamiento con platino, se desarrollan esquemas de tratamiento de rescate con dosis altas de quimioterapia y rescate con células madre hematopoyéticas (TASPE) que son capaces de curar a un subgrupo de pacientes resistentes a múltiples líneas de tratamientos.
Debido a las altas tasas de curación, en las últimas décadas se han centrado los esfuerzos en disminuir la toxicidad de los tratamientos, optimizar el seguimiento y adecuar el tratamiento de soporte de los largos supervivientes.
El tratamiento de los pacientes que no se curan con quimioterapia convencional sigue siendo un reto, pues afecta a pacientes en edad muy temprana. Se han identificado nuevos criterios de clasificación pronóstica de los pacientes con tumores germinales en recaída y ha revivido el interés por el estudio de la quimioterapia con dosis altas (TASPE), dando lugar al desarrollo de un estudio internacional en el que participan múltiples grupos, que compara el uso de TASPE con la quimioterapia de rescate convencional en primera recaída (Estudio TIGER) cuyos resultados aún están pendientes.