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El vapeo frecuente podría aumentar el riesgo de exposición tóxica al plomo y al uranio

Esta exposición podría dañar el desarrollo del cerebro y los órganos de los adolescentes.

02/05/2024

El vapeo frecuente entre adolescentes podría aumentar el riesgo de exposición al plomo y al uranio, lo que podría dañar el desarrollo del cerebro y los órganos, sugiere una investigación publicada en la revista ´Tobacco Control´ por el Centro Médico de la Universidad de Nebraska, en Estados Unidos. Los hallazgos ...

El vapeo frecuente entre adolescentes podría aumentar el riesgo de exposición al plomo y al uranio, lo que podría dañar el desarrollo del cerebro y los órganos, sugiere una investigación publicada en la revista ´Tobacco Control´ por el Centro Médico de la Universidad de Nebraska, en Estados Unidos. Los hallazgos subrayan la necesidad de implementar regulaciones y esfuerzos de prevención dirigidos a los adolescentes, enfatizan los investigadores.

Vapear es popular entre los adolescentes. En 2022, se estima que el 14% de los estudiantes de secundaria de EE. UU. (alrededor de 2,14 millones) y más del 3% de los estudiantes de secundaria (alrededor de 380.000) informaron haber vapeado en el mes anterior, señalan los investigadores.

Se han identificado ciertos metales en los aerosoles y líquidos de los cigarrillos electrónicos. Su absorción es especialmente dañina durante los períodos de desarrollo, dicen los investigadores, citando investigaciones que muestran que niveles elevados de exposición están relacionados con deterioro cognitivo, alteraciones del comportamiento, complicaciones respiratorias, cáncer y enfermedades cardiovasculares en los niños.

Los investigadores querían descubrir si los niveles de metales potencialmente tóxicos podrían estar asociados con la frecuencia de vapeo y si el sabor podría influir. Se basaron en las respuestas a la quinta ola, representativa a nivel nacional (diciembre de 2018 a noviembre de 2019) del estudio juvenil PATH, en el que participaron 1.607 adolescentes de entre 13 y 17 años. Después de las exclusiones, se incluyeron 200 vapeadores en el análisis final.

Se analizaron sus muestras de orina para detectar la presencia de cadmio, plomo y uranio, y la frecuencia de vapeo se designó como ocasional (1 a 5 días/mes), intermitente (6 a 19 días) y frecuente (más de 20 días).

Los sabores de vapeo se agruparon en cuatro categorías mutuamente excluyentes: mentol o menta; fruta; dulces, como chocolate o postres; y otros, como tabaco, clavo o especias, y bebidas alcohólicas o no alcohólicas. Entre los 200 vapeadores exclusivos (63% mujeres), 65 reportaron uso ocasional, 45 intermitente y 81 uso frecuente; Faltaba información sobre la frecuencia de vapeo para 9.

El número promedio de inhalaciones recientes por día aumentó junto con la frecuencia de vapeo: ocasional = 0,9 inhalaciones; intermitente = 7,9 inhalaciones; frecuente = 27 inhalaciones. En los 30 días anteriores, 1 de cada 3 (33%) vapeadores dijo que usaba sabores mentol/menta; la mitad (50%) prefirió los sabores de frutas; poco más del 15% optó por sabores dulces; y el 2% utilizó otros sabores.

El análisis de las muestras de orina mostró que los niveles de plomo eran un 40% más altos entre los vapeadores intermitentes y un 30% más altos entre los vapeadores frecuentes que entre los vapeadores ocasionales. Los niveles de uranio en orina también fueron dos veces más altos entre los vapeadores frecuentes que entre los vapeadores ocasionales. La comparación de los tipos de sabores indicó niveles de uranio un 90% más altos entre los vapeadores que preferían los sabores dulces que entre los que optaban por mentol/menta. No se encontraron diferencias estadísticamente significativas en los niveles de cadmio en orina entre la frecuencia de vapeo o los tipos de sabor.

Este es un estudio observacional y, como tal, no se pueden sacar conclusiones definitivas sobre los niveles de metales tóxicos y la frecuencia/sabores del vapeo, reconocen los investigadores, quienes también advierten que los niveles de metales tóxicos en los vaporizadores variarán según la marca y el tipo de vaporizador utilizado (tanque, cápsula, mod).

Aunque los niveles urinarios indican una exposición crónica, se evaluaron solo en un momento determinado, además de que la presencia de uranio en la orina puede ser atribuible a diversas fuentes, incluida la exposición ambiental a depósitos naturales, actividades industriales y la ingesta dietética, matizan los investigadores.

"Aun así, se sabe que estos compuestos causan daño a los humanos", escriben. De particular preocupación fueron los mayores niveles de uranio encontrados en la categoría de sabor dulce. "Los productos de cigarrillos electrónicos con sabor a caramelo constituyen una proporción sustancial de los vapeadores adolescentes, y el sabor dulce de los cigarrillos electrónicos puede suprimir los efectos severos de la nicotina y mejorar sus efectos reforzadores, lo que resulta en una mayor reactividad cerebral".

Así concluyen: "El uso de cigarrillos electrónicos durante la adolescencia puede aumentar la probabilidad de exposición al metal, lo que podría afectar negativamente al desarrollo del cerebro y los órganos. Estos hallazgos exigen más investigación, regulación del vapeo e intervenciones de salud pública específicas para mitigar los daños potenciales del uso de cigarrillos electrónicos, particularmente entre los adolescentes".

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