El tratamiento de la neumonitis o inflamación del pulmón que se desarrolla tras la aplicación de la inmunoterapia, al tratar el cáncer de pulmón u otros cánceres, obliga a suspender el tratamiento oncológico para tratar la enfermedad con corticoides, según ha explicado la neumóloga, miembro de la Sociedad Catalana de ...
El tratamiento de la neumonitis o inflamación del pulmón que se desarrolla tras la aplicación de la inmunoterapia, al tratar el cáncer de pulmón u otros cánceres, obliga a suspender el tratamiento oncológico para tratar la enfermedad con corticoides, según ha explicado la neumóloga, miembro de la Sociedad Catalana de Neumología (SOCAP) y especialista del Hospital Universitario de Bellvitge en la Unidad Funcional de Pulmón, la doctora Samantha Aso.
Durante su ponencia, bajo el título ´Neumonitis por inmunoterapia, nuevo desafío para la neumología´, enmarcada en la ´XLI Diada Pneumològica´ de la SOCAP, la experta ha destacado que "al suspender el tratamiento con corticoides puede aparecer de nuevo la inflamación debido a que el sistema inmune está activado y parece generar un fenómeno de memoria que favorece la reinflamación pulmonar".
"Estos pacientes entran en un círculo del que parece no haber salida, por lo que el paciente no se debería ajustar al protocolo de tratamiento recomendado para el manejo de la neumonitis, sino el protocolo se debe de adecuar a cada paciente. Se debe valorar el protocolo como una guía, y no como una receta igual para todos", ha detallado la doctora Aso.
La detección precoz
Al no disponer de una herramienta objetiva que permita saber qué pacientes están desarrollando neumonitis, la detección precoz depende de educar al paciente en los síntomas característicos de la neumonitis, tales como tos seca, mucosidad blanca, febrícula o fiebre, disnea o astenia (un cansancio extremo), que pueden ser indicadores de la aparición una neumonitis.
"Conviene que los médicos tratantes estén sensibilizados a este respecto y si el paciente, por ejemplo, refiere tos, no se puede minimizar, se debe controlar y, si va a peor, realizarle una radiografía de tórax el mismo día de la visita (si es posible), con la que probablemente se pueda apreciar algún cambio sugestivo de neumonitis inmunomediada", expone la doctora Aso.
Una vez se detecta la neumonitis, el manejo es complejo, especialmente cuando es corticorresistente y hay que tratarla con un segundo inmunosupresor (infliximab o tocilizumab).
Estos fármacos están indicados en pacientes que ingresan en el hospital y en los que a las 24-48 horas no se ve mejoría. En cambio, cuando la neumonitis se detecta precozmente, habitualmente no se llega a este extremo y se puede manejar en la consulta.
De cara al futuro, la doctora Aso ha puesto en valor la necesidad de desarrollar más investigación a fin de conocer mejor los mecanismos que inducen la aparición de neumonitis inmunomediada, que permita encontrar una herramienta para su detección precoz y una alternativa a los corticoides en caso de cortico-resistencia.
"Al suspender el tratamiento oncológico por neumonitis, los pacientes no están siendo tratados adecuadamente de su cáncer y esto tiene un impacto psicológico importante que también hay que cuidar en ellos", apostilla la doctora Aso.
La inmunoterapia
Según ha explicado, hasta la fecha, no se han visto diferencias entre hombres y mujeres ni se conoce una causa que favorezca este proceso, salvo el presentar una enfermedad autoinmune. No obstante, se ha observado que los pacientes con enfermedad pulmonar intersticial que tienen fibrosis pulmonar presentan un mayor riesgo de mortalidad.
La mayoría de los tratamientos oncológicos pueden derivar en neumonitis, tanto la quimioterapia (everolimus, bleomicina y los taxanos son los principales quimioterápicos que provocan una mayor incidencia de neumonitis), como la radioterapia en el tórax, las terapias dirigidas, los anticuerpos monoclonales conjugados y, ahora, la inmunoterapia.
Según ha expuesto la experta, en el ámbito de la Oncología, la inmunoterapia aplicada al cáncer de pulmón ha supuesto un cambio positivo en términos de supervivencia y tiempo libre de progresión de la enfermedad, hasta el punto de que existen largos supervivientes en el cáncer de pulmón avanzado. Por ello, ya se usa en estadios más precoces de la enfermedad.
Este tratamiento se aplica con intención curativa, adicionándolo a la quimio-radioterapia en el paciente localmente avanzado que no es posible operar, así como también en aquel paciente que hace quimioterapia antes de la cirugía y finalmente como tratamiento adyuvante tras la resección del pulmón. Además, en la actualidad se está estudiando combinar no uno, sino dos tratamientos de inmunoterapia.