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Los efectos del cambio climático en los pacientes críticos

Según la Senicyuc, los Servicios de Medicina Intensiva se deben adaptar a las patologías asociadas al aumento de las temperaturas, así como establecer una organización más responsable con la huella de carbono.

14/05/2024

El aumento de las temperaturas en España ha alargado los veranos en casi cinco semanas, expandido el clima de tipo semiárido e incrementado las olas de calor, cada vez más frecuentes, largas e intensas. Esto lleva consigo un aumento significativo de la gravedad de algunas patologías graves, especialmente respiratorias, y ...

El aumento de las temperaturas en España ha alargado los veranos en casi cinco semanas, expandido el clima de tipo semiárido e incrementado las olas de calor, cada vez más frecuentes, largas e intensas. Esto lleva consigo un aumento significativo de la gravedad de algunas patologías graves, especialmente respiratorias, y la complicación de infecciones. Algunas de estas, incluso, podrían perder su condición de importadas y pasar a ser locales. Así, es necesario que los Servicios de Medicina Intensiva se preparen para afrontar esta nueva situación, que permita asistir con garantías al nuevo perfil de paciente crítico.

"La Medicina Intensiva es una actividad indispensable para mantener la salud de la población, como se puso en valor durante la pandemia del COVID-19. Los profesionales de las UCI somos conscientes de cómo los cambios en el medio ambiente están cambiando la práctica clínica; y también de que nuestra propia actividad, aunque indispensable, debe realizarse dentro de unos estándares medioambientales óptimos", explica el doctor Ricard Ferrer, jefe del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Vall d´Hebron de Barcelona. "Para ello, hay que adaptar los Servicios para atender las nuevas patologías que lleguen asociadas al cambio climático y la posible evolución de las que ya atendemos. Esto debe hacerse tanto estructuralmente, para poder atender picos de demanda en los meses más calurosos, como formándonos aún más en su diagnóstico y tratamiento".

Nuevo perfil de las infecciones

Las infecciones asociadas al aumento de las temperaturas fueron expuestas en el Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias, que se celebra estos días en Barcelona. "Las transmitidas por pequeños organismos y por el agua son las que con mayor probabilidad puedan aumentar su frecuencia. Hablamos, entre otras, de la malaria, la fiebre del Nilo Occidental, el dengue, el chikungunya o la criptosporidiosis", explicó el doctor Antoni Trilla, epidemiólogo y catedrático de Medicina Preventiva de la Universidad de Barcelona.

"Son todas conocidas y están presentes en otras latitudes. Actualmente, la mayoría de los casos que tratamos en Europa son importadas por viajeros; pero, si se dan las condiciones climáticas, podemos empezar a ver casos autóctonos e incluso epidemias, que serían localizadas y limitadas. Lo hemos podido ver en Italia con el chikungunya", indicó el doctor Trilla. "Lo más importante es conocer estas entidades, pensar en ellas no ya como casos importados, sino como posibles casos autóctonos, y establecer rápidamente el diagnóstico de sospecha y las medidas de prevención pertinentes en cada caso".

Golpes de calor

Además de las infecciones, los intensivistas pusieron sobre la mesa las consecuencias de los golpes de calor que pueden llegar a requerir ingreso en la UCI. "Es una emergencia médica con una mortalidad elevada, que puede oscilar entre el 5 y el 50%. Se caracteriza por una temperatura corporal mayor a 40,5 °C, alteraciones neurológicas y fallo multiorgánico. El diagnóstico puede incluir alteraciones neurológicas graves y la afectación de varios órganos. Esta gravedad obliga a ingresar en una UCI para su tratamiento", explica el Dr. Eduard Argudo, intensivista del Hospital Vall d´Hebron.

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