Al menos el 1% de la población que usa terapia crónica con glucocorticoides esté en riesgo de sufrir insuficiencia suprarrenal inducida por glucocorticoides, en función de la dosis, duración y potencia del fármaco, la vía de administración y la susceptibilidad individual.

Sin embargo, la reducción gradual de los glucocorticoides puede resultar un desafío cuando se producen síntomas de abstinencia de glucocorticoides, que se superponen con los de insuficiencia suprarrenal. Para arrojar más luz sobre todas estas situaciones, las Sociedades Europeas de Endocrinología (ESE, por sus siglas en inglés) y la Endocrina (ES) han elaborado una guía sobre la insuficiencia suprarrenal inducida por glucocorticoides (GC-AI).

Dicha directriz conjunta, la primera publicada conjuntamente por ambas entidades, ha sido realizada con el fin de ayudar a los médicos a tratar a los pacientes que tienen, o están en riesgo de desarrollar insuficiencia suprarrenal inducida por glucocorticoides.

"Nuestro punto de partida fue definir el problema clínico y las lagunas de conocimiento que conlleva la insuficiencia suprarrenal inducida por glucocorticoides, para lo cual nos propusimos brindar alguna orientación, incluso en ausencia de evidencia científica sólida. También nos aseguramos de tener una buena representación tanto de Europa como de EE. UU. para cubrir posibles diferencias en la práctica clínica. Para ello, reunimos a excelente equipo de especialistas con gran conocimiento", manifestó, al respecto, el prof. Felix Beuschlein, de la ESE.

Bajo el título "Diagnóstico y tratamiento de la insuficiencia suprarrenal inducida por glucocorticoides", la guía  se va a insertar en las respectivas publicaciones de ambas entidades: el ´European Journal of Endocrinology´ y el ´Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism´.

"Las directrices colaborativas de la Endocrine Society y la ESE sobre la insuficiencia suprarrenal inducida por glucocorticoides son un paso importante hacia una colaboración global en el desarrollo de directrices. A pesar de tener diferencias en el acceso a medicamentos y otros recursos clínicos, la evidencia para diagnosticar y tratar una afección es la misma", afirmó, por su parte, el Dr. Tobias Else, de la Universidad de Michigan en Ann Arbor (EEUU).