Las vasculitis son un conjunto de enfermedades cuyo nexo en común es la inflamación de los vasos sanguíneos (arterias, venas, capilares, etc.), que pueden provocar alteraciones estructurales en los mismos, como el desarrollo de dilataciones o aneurismas o estrechamientos o estenosis que cursan con disminución del flujo vascular.  Hay diferentes tipos de vasculitis y afectan a cualquier edad, desde la época pediátrica hasta la ancianidad. "A pesar de tratarse de enfermedades poco frecuentes y muy complejas, lo que dificulta la detección, en los últimos años se han producido avances significativos en los tratamientos, gracias al desarrollo de nuevos fármacos, que han favorecido una mejor evolución y pronóstico de los pacientes", según ha puesto de manifiesto el Dr. Javier Loricera, reumatólogo del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (Santander), en el marco del `Día Internacional de las Vasculitis´, que se celebra el 15 de mayo.

Desde la Sociedad Española de Reumatología (SER) queremos dar visibilidad a las vasculitis con el objetivo de mejorar no sólo su conocimiento entre la población general, sino abogar por aumentar la investigación en este ámbito y mejorar la formación de los especialistas para garantizar una detección lo más temprana posible y un abordaje adecuado entre las personas afectadas por este tipo de enfermedad autoinmune sistémica. En este sentido, durante el 50 Congreso Nacional de la SER, que se ha celebrado recientemente en Maspalomas (Gran Canaria), ha habido una mesa específica centrada en las vasculitis en la que se ha hablado de la relación de la polimialgia reumática con las vasculitis, de una guía basada en la evidencia para el diagnóstico y tratamiento de la granulomatosis eosinofílica con poliangitis o sobre la afectación otorrinolaringológica en las vasculitis sistémicas, entre otros aspectos.

El Dr. Loricera ha destacado que "en el ámbito del diagnóstico también ha habido avances importantes, algo que merece la pena destacar dado que, a menudo, supone un reto para los profesionales sanitarios porque los pacientes con vasculitis pueden presentar manifestaciones clínicas y analíticas inespecíficas".

Existen diferentes tipos de vasculitis en función del tamaño del vaso afectado, dividiéndose en: vasculitis de vasos grandes, vasculitis de vasos medianos y vasculitis de vasos pequeños.  De forma general, se pueden hacer dos distinciones, las vasculitis primarias y secundarias. Así, las vasculitis primarias ocurren sin estar asociadas a ninguna otra enfermedad, estando mediadas por mecanismos inmunitarios en personas genéticamente predispuestas. Mientras que las vasculitis secundarias pueden ocurrir como consecuencia de un daño directo sobre el vaso debido a enfermedades autoinmunes (como el lupus eritematoso sistémico y la artritis reumatoide), infecciones (hepatitis B o C, sífilis o VIH), una reacción a ciertos tipos de medicamentos o proteínas heterólogas en el caso de enfermedades del suero.

Las dos vasculitis más frecuentes en nuestro medio son: la arteritis temporal de células gigantes, que afecta a pacientes de edad avanzada y es una vasculitis de vasos grandes y medianos; y, por otra parte, la vasculitis de vaso pequeño limitada a la piel, que se manifiesta en forma de púrpura palpable y puede estar relacionada con el uso previo de fármacos y con algunas infecciones.

"En la mayoría de las vasculitis su causa es desconocida y no hay un perfil concreto de pacientes, aunque hay subtipos más característicos según el grupo de edad. Sus manifestaciones clínicas pueden ser muy amplias y dependerán del tipo de vaso que esté dañado", ha explicado el especialista.