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Las enfermedades cardiovasculares se cobran, diariamente, la vida de unos 10.000 europeos

Reducir la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles en un tercio para el año 2030 forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Abordar la hipertensión y reducir el consumo de sal en al menos un 25% es una de las formas más efectivas de alcanzar el ODS 3.4 y salvar unas 900 000 vidas de aquí a 2030.  

16/05/2024

En la Región Europea de la OMS uno de cada tres adultos entre 30 y 79 años tiene hipertensión, a lo que se suma que, a diario, las enfermedades cardiovasculares se cobran la vida de unos 10.000 europeos, lo que supone el 42,5% de todas las muertes anualmente.  Asimismo, los hombres europeos ...

En la Región Europea de la OMS uno de cada tres adultos entre 30 y 79 años tiene hipertensión, a lo que se suma que, a diario, las enfermedades cardiovasculares se cobran la vida de unos 10.000 europeos, lo que supone el 42,5% de todas las muertes anualmente. 

Asimismo, los hombres europeos tienen casi 2,5 veces más probabilidades de morir a causa de enfermedades cardiovasculares que las mujeres. También existe una división geográfica: la probabilidad de morir joven (entre 30 y 69 años) a causa de una enfermedad cardiovascular es casi cinco veces mayor en Europa oriental y Asia central que en Europa occidental. 

"Las enfermedades cardiovasculares y la hipertensión se pueden prevenir y controlar en gran medida", afirmó el  director regional de la OMS para Europa, Dr. Hans Henri P. Kluge. "Cuatro millones, una cifra asombrosa, es el número de muertes causadas por enfermedades cardiovasculares cada año, principalmente en hombres, particularmente en la parte oriental de nuestra región de la OMS"

Un enfoque integrado: controlar la hipertensión y el consumo de sal 

La Región Europea tiene la prevalencia de presión arterial más alta del mundo, el principal factor de riesgo de muerte y discapacidad, tal como se señala desde OMS/Región Europea. No en vano, causa casi una cuarta parte de las muertes y el 13% de las discapacidades. Por lo general, no presenta síntomas y, si no se controla, puede tener consecuencias potencialmente devastadoras, como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.

Así, en un nuevo informe OMS/Europa se propone un enfoque integrado para controlar mejor los niveles de hipertensión, incidiéndose, además, en la reducción del consumo de sal . "Estas medidas pueden salvar miles de vidas cada día en toda la Región de Europa. Sabemos qué funciona y existen intervenciones y herramientas basadas en evidencia que reducen el consumo de sal y controlan la hipertensión, pero muchos países no pueden implementarlas. Los tomadores de decisiones pueden tomar medidas más enérgicas para romper estas barreras y brindar mejor salud a las personas", tal como se subraya desde la Región Europea de la OMS.

Las medidas propuestas en dicho informe pasan por: un diagnóstico y tratamiento de la hipertensión con protocolos de tratamiento estandarizados y atención en equipo en entornos de atención primaria. Es fundamental mejorar el acceso a medicamentos y dispositivos médicos esenciales para las personas diagnosticadas con hipertensión.

También se requiere, según la OMS, mejorar el conocimiento del paciente. La evidencia dice que mejorar el conocimiento de la población sobre la hipertensión, sus complicaciones y la efectividad del tratamiento mejora la adherencia a la medicación para tratar la hipertensión. Además, se recomienda implementar una política con perspectiva de género. Esto puede ayudar, según se señala en el informe, a abordar las desigualdades en la detección y el control de la hipertensión. A ello se suma el fortalecimiento de la resiliencia de la cadena de suministro. Mejorar la resiliencia de la cadena de suministro frente a emergencias garantiza un tratamiento ininterrumpido, de acuerdo con el documento de la OMS.

Por otra parte, se hace hincapié en la introducción de políticas obligatorias para reducir el consumo de sal hasta alcanzar el máximo recomendado por la OMS. Al respecto, se considera que la reducción de la sal a nivel de la población mediante una reformulación obligatoria que se incluya en los productos de consumo produce resultados rápidos, es factible, ahorra costos y, en última instancia, salva vidas.

"Sabemos lo que funciona, pero una y otra vez no logramos implementar enfoques basados ​​en evidencia, lo que resulta en niveles inaceptablemente altos de muertes evitables. La implementación de políticas específicas para reducir el consumo de sal en un 25% podría salvar aproximadamente 900.000 vidas debido a enfermedades cardiovasculares para 2030", concluyó el Dr. Kluge.

 

 

 

 

 

 

 

 

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