Científicos de diversos centros taiwaneses han determinado que el tiempo necesario para levantarse de una silla e iniciar la marcha (TUG), así como el test de Romberg, utilizado en la evaluación de la propiocepción, pueden ser utilizados para predecir la gravedad de la neuropatía periférica en pacientes con cáncer pancreático ...
Científicos de diversos centros taiwaneses han determinado que el tiempo necesario para levantarse de una silla e iniciar la marcha (TUG), así como el test de Romberg, utilizado en la evaluación de la propiocepción, pueden ser utilizados para predecir la gravedad de la neuropatía periférica en pacientes con cáncer pancreático dirigidos a quimioterapia. En el análisis de más de 200 pacientes, los que emplearon un tiempo mayor para completar el TUG antes del inicio de la quimioterapia presentaron un mayor índice total de neuropatía a los 6 meses, así como mayor afectación sensorial y autonómica. El test de Romberg mostró una asociación moderada, aunque significativa, con algunos de estos parámetros.
Kuan-Yin Lin, investigador de la Universidad Nacional de Taiwán y primer autor del estudio, afirma que la neuropatía periférica es un efecto adverso frecuente en pacientes que reciben oxaliplatino y nab-paclitaxel, con una incidencia que puede alcanzar el 85%. Aunque estudios previos ya habían identificado factores de riesgo, tales como la presencia de comorbilidades, la edad y el número de ciclos de quimioterapia, este es el primero en examinar el valor de las funcionalidades físicas antes del inicio del tratamiento en la predicción de la severidad de la neuropatía en este tipo de cáncer, asegura Lin.
El científico concluye subrayando la importancia de identificar a los pacientes más susceptibles de desarrollar esta complicación, ya que, en comparación con la neuropatía leve, la severa se asocia a mayor deterioro motor, independientemente de la edad.