La cooperación internacional entre especialistas en cirugía torácica es muy relevante para obtener información sobre la amplia variedad de prácticas, directrices y técnicas quirúrgicas existentes y, "para aquellos que estén a la altura del desafío, para colaborar con compañerps de países menos desarrollados", con los que "es muy importante construir ...
La cooperación internacional entre especialistas en cirugía torácica es muy relevante para obtener información sobre la amplia variedad de prácticas, directrices y técnicas quirúrgicas existentes y, "para aquellos que estén a la altura del desafío, para colaborar con compañerps de países menos desarrollados", con los que "es muy importante construir relaciones con las instalaciones y países anfitriones e involucrarse con ellos desde el inicio del proyecto y trabajar en una relación equitativa", explica el Dr. Tom M. Gresnigt, de la University Medical Center Groningen, en los Países Bajos, con motivo de su participación en la sesión sobre Cooperación Internacional en Cirugía Torácica, celebrada en el XIV Congreso de la Sociedad Española de Cirugía Torácica (SECT), en Málaga del 15 al 17 de mayo.
"Esto podría significar enseñar técnicas modernas que aún no están disponibles en estos países, para formar a compañeros en cirugía torácica o cirujanos generales interesados en la cirugía torácica. Las campañas de cirugía podrían ser útiles temporalmente cuando estos Servicios aún no estén disponibles en el país de acogida, porque no hay ni uno o solo unos pocos cirujanos torácicos", afirma el Dr. Gresnigt, primer firmante de un artículo publicado este año 2024 en The Lancet Respiratory.
Este artículo recoge la experiencia del propio Dr. Gresnigt, el Dr. Diego González Rivas y el Dr. Souheil Boubia, junto a otros, en la aplicación de la cirugía mínimamente invasiva (CMI) en 2023 en Sierra Leona (con 2,7 cirujanos por 100.000 habitantes) y Liberia (con 1,6 cirujanos/100.000 habitantes). "Hasta donde sabemos, hemos realizado el primer procedimiento VATS (cirugía torácica video asistida, que consiste en un abordaje mediante una o dos pequeñas incisiones en el tórax, sin separación de las costillas, y la visión toracoscópica a través de un monitor), la primera resección pulmonar e, incluso, la primera intervención terapéutica mínimamente invasiva", anuncian.
"La cirugía VAT es factible mediante la visita de expertos y compañeros locales en Sierra Leona y Liberia, aunque consideran que el procedimiento es un desafío en las condiciones locales actuales", concluyen los autores del artículo. La falta de equipos locales de cirugía torácica en países subdesarrollados contrasta con el número frecuentemente elevado de casos de pacientes que viven con secuelas postinfecciosas de tuberculosis (TB), que actualmente es la necesidad más común de cirugía torácica en África. Aunque en el futuro, con el aumento de la esperanza de vida en África, también se puede esperar un aumento de los casos de cáncer de pulmón.
Ante el contexto actual, el Dr. Gresnigt y los coautores del artículo en "The Lancet Respiratory" concluyen: "llamamos a la acción ante la alta incidencia de TB y la ausencia de cirugía torácica en la región. De cara al futuro, es necesario adoptar urgentemente varias medidas para garantizar la sostenibilidad". Las medidas que piden son el establecimiento de servicios de diagnóstico, como tomografías computarizadas y espirometría, en los centros de referencia nacionales; la necesidad crucial de aumentar la fuerza laboral en medicina respiratoria y cirugía torácica en esos países; capacitar equipos dedicados de cirujanos torácicos, anestesistas y enfermeras de quirófano como punto de partida para un programa VATS sostenible en la región y que, en última instancia, este movimiento implique colaboraciones entre países para mejorar la transferencia de conocimientos y el desarrollo de capacidades.
"Para trabajar en un progreso sostenible, los socios internacionales y locales podrían abogar ante las autoridades locales por la disponibilidad de modalidades de imágenes, nuevas técnicas quirúrgicas y desarrollo de capacidades humanas", dice el Dr. Gresnigt. "Además de visitarlos a ellos y al trabajo local, también podría significar invitarlos a modernas instalaciones en Europa, América del Norte o Asia para aprender, ofrecerles becas de formación, cursos y conferencias o colaborar en proyectos de investigación y trabajar juntos en la producción científica", añade el Dr. Gresnigt.
Se necesita cooperación internacional bidireccional
La cooperación internacional entre países desarrollados y menos desarrollados lejos de ser paternalista debe de ser "bidireccional". "Los profesionales de esos países deben aumentar en número crítico suficiente y mejorar en competencias, para lo que debe producirse un intercambio de profesionales entre ambos mundos. Nosotros debemos enseñar lo que sabemos y ellos nos enseñan acerca de otros aspectos a los que no estamos acostumbrados. La mejor forma de aprender es enseñar. Debemos acudir a estos países con una actitud receptiva", coincide en el enfoque del Dr. Gresnigt el Dr. Juan Carlos Rumbero, médico adjunto de cirugía torácica del Hospital Cruces, de Bilbao, con una dilatada experiencia en cooperación internacional, tras haber trabajado, con carácter intermitente, en el ámbito de la formación médica y gestión sanitaria en diferentes países del África subsahariana, como Sierra Leona, Ghana, Cabo Verde, Angola, así como en Etiopía y Mozambique; en estos dos últimos países ha participado a través del programa de formación de médicos especialistas de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
En algunos de estos países, solo hay un centro de referencia para la formación de cirujanos cardiotorácicos, y en otros no hay donde formarse, por lo que resulta muy útil fortalecer estos sistemas sanitarios ofreciendo formación para los residentes -futuros cirujanos-, los médicos especialistas y formación de actualización, mediante estancias prolongadas o cortas, que puede ser de 2-4 semanas, dentro de programas formativos como el de la AECID, según el Dr. Rumbero.
"La cirugía torácica de España tiene un nivel alto, homologable al de cualquier país europeo y considerada dentro del grupo de países con máximo desarrollo en ella, pero uno de los hándicaps que tenemos es que trabajamos con mucha tecnología no disponible en los países de renta baja, donde, además, los pacientes tienen otro perfil epidemiológico", expone el Dr. Rumbero.
La mayoría de los casos que debe atender un cirujano torácico corresponden mayoritariamente a patología infecciosa, como empiemas, aspergilosis, secuelas de la TB, pulmones destruidos con bronquiectasias, quistes hidatídicos … mientras que en España y los países desarrollados en general el 90% de la cirugía torácica se destina a tratar patología oncológica. "Nos encontramos con que el tratamiento quirúrgico para realizar una resección pulmonar puede ser el mismo, pero las causas son distintas", precisa el Dr. Rumbero.
Otra diferencia reseñable es que, en África, la población joven y pediátrica es muy superior a la que reside en los países desarrollados, más envejecidos. Así, en países como Mozambique, el 70% de la población tiene menos de 30 años y el 45% tiene menos de 14 años. Por ello, en estos países abunda la patología torácica en la edad pediátrica, también nos podemos encontrar con estenosis traqueales (estrechamiento de la tráquea que dificulta la respiración) frente a las que se practican traqueotomías que quedan de forma permanente, cuando las estenosis se pueden corregir con cirugía de forma definitiva, y sobre todo los jóvenes, además de sufrir la patología infecciosa mencionada, también presentan un elevado número de traumatismos … y todas ellas pueden ser tributarios de una intervención quirúrgica. La VATS, puede tener un papel importante, pero hay que seleccionar en qué tipo de casos.
Son países extremadamente pobres y cirugías que requieran un coste elevado de consumibles, como es el caso de resecciones pulmonares, lo hace insostenible para estos sistemas sanitaros, pero se podría aplicar a otros problemas, y de manera muy efectiva, como al diagnóstico de la pleura (pleuroscopias), desbridamientos VATS de empiemas, los tumores del mediastino, así como otras patologías que requieran menor coste tecnológico.
"La relación con especialistas de países con recursos limitados es muy enriquecedora para el cirujano. En los países desarrollados lo tenemos todo automatizado, mientras que en los menos favorecidos es todo manual. La disponibilidad de recursos es otro factor diferenciador. Durante la COVID-19, nuestros profesionales tenían dificultades para decidir a quién tratar y a quién no, mientras que los de los países más pobres, en su toma de decisiones del día a día, consideran constantemente qué paciente tiene una expectativa de vida mayor. Al conocer ambos tipos de entornos, se adquiere una visión médica integral", afirma el Dr. Rumbero. "Nuestros sistemas sanitarios deben crear las condiciones para abrir las puertas entre unos países y otros. Existe un potencial muy importante en la Sociedades científicas y hospitales de la red sanitaria de nuestros países que serían muy oportuno que contemplasen este abordaje como parte de su misión. También existen soluciones intermedias, para poner en contacto profesionales de ambos contextos, como celebrar sesiones vía zoom, sobre discusión de casos clínicos con tecnología apropiada. En cualquier caso, este es un campo abierto que se debe expandir y desarrollar", concluye el Dr. Rumbero.