Un equipo internacional de investigadores ha establecido que la indolquinona MAC681 altera desfavorablemente el metabolismo de las células de leucemia mieloide crónica (LMC), causando disrupción en la homeostasis del calcio, disfunción mitocondrial, daño al ADN y muerte por un proceso similar a la necroptosis. Marc Diederich, científico de la Universidad ...
Un equipo internacional de investigadores ha establecido que la indolquinona MAC681 altera desfavorablemente el metabolismo de las células de leucemia mieloide crónica (LMC), causando disrupción en la homeostasis del calcio, disfunción mitocondrial, daño al ADN y muerte por un proceso similar a la necroptosis.
Marc Diederich, científico de la Universidad Nacional de Seúl y director del estudio, afirma que este compuesto muestra cierta preferencia por las células que expresan el enzima aldehído deshidrogenasa, como es el caso de las células hematopoyéticas con rasgos de células madre, presentando una actividad comparable a la de imatinib. En experimento adicionales los investigadores demostraron que células leucémicas incubadas con MAC681 pueden ser utilizadas como una vacuna que reduce el crecimiento tumoral, con una efectividad comparable a la de las células incubadas con citarabina y doxorrubicina, combinación frecuentemente utilizada como terapia de inducción. Este efecto, señala Diederich, es consecuencia de la inmunogenicidad de las células tumorales en fase de necroptosis.
Adicionalmente, la combinación de MAC681 y del inhibidor de las tirosín-quinasas asciminib mostró actividad sinérgica in vitro frente a células de LMC resistentes a este último grupo de fármacos. Diederich prosigue indicando que MAC681 es capaz de iniciar en las células tumorales una vía no canónica de necrosis, de la que no existe evasión posible, a lo que se añade su actividad degradadora de PARP1. Este último enzima se encuentra expresado en mayor medida en las células de LMC que en las sanas y tiene un papel esencial en la reparación del ADN, asegura el investigador. Los hallazgos sugieren que MAC681 ofrece promesa en la inmunoterapia de la LMC, concluyen los autores.