El injerto de piel es un procedimiento esencial que se utiliza para tratar heridas cutáneas graves. Sin embargo, en el caso de heridas extensas, puede resultar complicado obtener suficiente piel donante, y generar sustitutos artificiales de la dermis que incluyan folículos pilosos y glándulas sudoríparas y que puedan injertarse en ...
El injerto de piel es un procedimiento esencial que se utiliza para tratar heridas cutáneas graves. Sin embargo, en el caso de heridas extensas, puede resultar complicado obtener suficiente piel donante, y generar sustitutos artificiales de la dermis que incluyan folículos pilosos y glándulas sudoríparas y que puedan injertarse en heridas profundas no ha tenido éxito.
En este contexto, investigadores de la Universidad Médica y Dental de Tokio (Japón) han hallado una nueva forma de "hacer crecer propia piel de donante" que podría ayudar a mejorar el éxito de la generación de injertos de piel. En un estudio publicado en ´Nature Communications´, han revelado que el cultivo de piel de donante en otra especie produce injertos de piel sorprendentemente robustos y funcionales.
"Como alternativas a los injertos de piel autólogos, se han desarrollado sustitutos de la piel artificial, incluyendo epidermis cultivada y pieles reconstituidas", explicó el autor principal del estudio, el Dr. Hisato Nagano. "Sin embargo, estas opciones son inferiores, ya que la epidermis cultivada sólo se puede utilizar para heridas superficiales y la tasa de injerto de las pieles reconstituidas es baja".
Para proporcionar una prueba de concepto de una nueva forma de producir injertos de piel autólogos, los investigadores generaron injertos de piel introduciendo una mutación en fetos de ratón que les impedía desarrollar una epidermis madura. Seguidamente, se les inyectaron células madre de ratón y se les permitió desarrollarse, normalmente, hasta el nacimiento, cuando se analizó el crecimiento de su piel.
Tal como explicó el Dr. Naoaki Mizuno, autor correspondiente, "los ratones quiméricos no sólo nacieron cubiertos con grandes parches de piel derivados de las células inyectadas, sino que estos parches también sobrevivieron hasta tres meses cuando se injertaron en ratones maduros, e incluso les creció pelaje".
Al inyectar células de piel humana en los mismos embriones de ratón mutados se obtuvieron resultados similares: a medida que los ratones se desarrollaban en el útero, les crecían láminas de piel humana que imitaban la estructura y organización de la epidermis madura.
"Nuestros hallazgos sugieren que los injertos de piel semiautólogos que contienen folículos pilosos y otros apéndices de la piel pueden generarse in vivo e injertarse con éxito", afirmó el Dr. Hiromitsu Nakauchi, autor principal.
Dado que a los embriones de ratón solo les pueden crecer pequeñas cantidades de piel, el siguiente paso sería ampliar el proceso a animales más grandes con un período de gestación más largo para generar grandes injertos de piel humana. Este enfoque, que implica generar únicamente tejido de piel, podría ayudar a evitar preocupaciones éticas sobre el uso de quimeras humano-animales para producir órganos para uso médico.