Los últimos datos, correspondientes a 2022, del Observatorio Mundial sobre Donación y Trasplantes indican que anualmente se realizan en todo el mundo más de 150.000 trasplantes de órganos sólidos (≤ 10% de las necesidades mundiales), lo que supone un aumento del 52% en comparación con 2010. Sin embargo, se considera ...
Los últimos datos, correspondientes a 2022, del Observatorio Mundial sobre Donación y Trasplantes indican que anualmente se realizan en todo el mundo más de 150.000 trasplantes de órganos sólidos (≤ 10% de las necesidades mundiales), lo que supone un aumento del 52% en comparación con 2010. Sin embargo, se considera que el crecimiento es insuficiente y un desarrollo asimétrico de los trasplantes en todo el mundo. Además, muchos países no han establecido los sistemas apropiados, incluida la legislación, la gobernanza, la mano de obra especializada, la infraestructura y la financiación.
Conscientes de ello, en el transcurso de la 77ª Asamblea Mundial de la Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que se celebra estos días en Ginebra, se aprobó un nuevo acuerdo global sobre trasplantes de órganos, tejidos y células humanas, con el objetivo mejorar la seguridad, calidad y acceso a los trasplantes en todo el mundo, abordando desigualdades y fomentando la cooperación internacional.
Promovida por España
Esta iniciativa, promovida por España, vuelve a situar al país como líder internacional en materia de trasplante, en esta ocasión por su papel en el diseño de la hoja de ruta de este programa a nivel global para los próximos años.
La resolución se fundamenta en elementos reflejados en la "Declaración de Santander", producto de la Cumbre Global de Trasplantes que organizó la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) en esta ciudad el pasado mes de noviembre de 2023, con motivo de la Presidencia Española de la Unión Europea.
Los firmantes del acuerdo se han comprometido a adoptar una serie de medidas, incluida la integración de las actividades de donación y trasplante en los sistemas de atención sanitaria, de modo que la donación de personas fallecidas se considere sistemáticamente como una opción al final de la vida y los donantes vivos estén protegidos de la explotación y se les proporcione el seguimiento adecuado cuidado.
La resolución también contempla introducir pautas para prevenir y combatir la trata de personas con fines de extracción de órganos y el tráfico de órganos humanos, y proteger a las víctimas y supervivientes de estos delitos mediante el fortalecimiento de los marcos legislativos.
Finalmente, insta a los países a apostar por la innovación en el ámbito del trasplante y a regular aquellas terapias que se desarrollan a partir de sustancias de origen humano, de manera que se proteja a donantes y receptores, se garantice la accesibilidad de los pacientes a estos tratamientos y se promueva la sostenibilidad de los sistemas sanitarios.
En este marco, se presentará una estrategia global sobre donación y trasplantes, prevista para trasladarla a la Asamblea para su adopción en 2026.